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A profundidad
08/10/2025

La cooperación regional, el camino hacia la paz

En el Tercer Congreso de Ciencias Sociales y Gobierno la paz dejó de ser discurso para pensarse como un proyecto regional y colectivo.

En las últimas dos décadas, América Latina se ha consolidado como una de las regiones más violentas del planeta: concentra un tercio de los homicidios del mundo pese a tener apenas el 9 % de la población, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. 

 

Esto marcó buena parte de las discusiones del Tercer Congreso de Ciencias Sociales y Gobierno de la Universidad de los Andes, donde expertos, alcaldes y académicos coincidieron en que la cooperación regional es una condición esencial para construir paz y reducir desigualdades.  

 

La decana de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey, Edna Jaime, lo resumió así: 


“La seguridad se construye y se legitima desde el ámbito local, porque todo ocurre en el territorio”.

Durante el panel Seguridad y ciudad: perspectivas locales de problemas globales, el exalcalde de Medellín y precandidato a la presidencia de Colombia, Sergio Fajardo, recordó que la transformación de su ciudad fue posible cuando distintos sectores trabajaron en conjunto: “Medellín pasó del miedo a la esperanza y el urbanismo social fue la herramienta para construirla”.  

 

Para los expertos, estas reflexiones convergen en un mismo punto: la violencia y la desigualdad se resuelven con políticas nacionales y redes de colaboración entre gobiernos, comunidades y regiones. De ahí que el apoyo —entre municipios, regiones y países— emerja como un camino prometedor para enfrentar los desafíos compartidos de América Latina. 

¿Cómo puede la cooperación regional fortalecer la seguridad y la paz?

¿El primer paso? Fortalecer las alianzas entre gobiernos locales y ciudades vecinas que comparten problemas comunes como la inseguridad urbana, el narcotráfico o la exclusión social. Alianzas que permiten intercambiar información, coordinar estrategias y aprender de experiencias exitosas en la región. 

 

Según Óscar Parra, coordinador del Observatorio de Seguridad de Cali, el reto está en traducir la información en decisiones efectivas: “El reto es anticiparnos, no reaccionar. Tomar decisiones basadas en evidencia y planificar con los demás actores del territorio”. 

 

La cooperación, como coincidieron los expertos, no puede limitarse al ámbito operativo. Debe ser política y simbólica, porque implica reconocer que los municipios, aunque diversos en capacidades, pueden ser socios en la construcción de paz.  

 

El expresidente y premio Nobel de Paz Juan Manuel Santos ejemplificó durante el balance del Acuerdo de Paz con las FARC esta situación: 


“En las zonas que dominaban las FARC, el Estado nunca había estado presente. Nos tocó comenzar por reunir a las comunidades y enseñarles a ponerse de acuerdo, a priorizar sus necesidades”.

Lecciones de Colombia para América Latina

Colombia representa un caso paradigmático sobre cómo la cooperación territorial puede fortalecer la paz. Nueve años después de la firma del Acuerdo de Paz, persisten los retos, pero también las enseñanzas. Santos reconoció que “los planes de desarrollo con enfoque territorial fueron diseñados desde abajo, con las comunidades. Pero no se han ejecutado como deberían”. 

 

Asimismo, la doctora en Ciencias Políticas de la Universidad de Yale, Ana Arjona, señaló que los efectos del conflicto no se limitan a la violencia directa, sino que profundizan la desigualdad: 


“Las poblaciones con menor desarrollo humano son las más propensas a ser victimizadas y eso amplía las brechas”.

Angelika Rettberg, decana de la Facultad de Ciencias Sociales, también planteó que la cooperación regional debe asumirse como un proceso continuo y compartido, más que como una meta final. Según explicó, construir paz implica una responsabilidad conjunta entre el Estado, el sector privado y las comunidades, donde cada actor aporta desde sus capacidades para sostener los avances en el tiempo. 

 

Desde esa perspectiva, la colaboración regional no debe entenderse solo como intercambio de buenas prácticas, sino como una estrategia de fortalecimiento mutuo entre territorios con diferentes competencias institucionales.  

 

El apoyo regional, cuando se sostiene en confianza, evidencia y compromiso compartido, puede ser una herramienta efectiva para prevenir la violencia y construir paz duradera. Se trata de coordinar políticas, crear redes que fortalezcan a las instituciones, promover la equidad y conectar los esfuerzos de las ciudades latinoamericanas bajo un mismo propósito: convertir la cooperación en el lenguaje común de la paz. 

Sobre el Tercer Congreso de Ciencias Sociales y Gobierno

La Universidad de los Andes fue sede del Tercer Congreso de Ciencias Sociales y de Gobierno, realizado en el marco de La Tríada. En esta edición, el eje central fue la violencia y la inseguridad en América Latina, un tema que atraviesa la agenda pública de la región. El encuentro buscó fortalecer redes de colaboración científica y académica para promover el análisis colectivo y la búsqueda de soluciones compartidas a los desafíos sociales.

 

En 2024, el Congreso tuvo lugar en Chile, con el tema Inequidades en América Latina, y contó con la participación de la expresidenta Michelle Bachelet como conferencista de cierre. Este espacio sigue consolidándose como un referente para el intercambio de conocimiento y la cooperación entre las universidades de La Tríada, con el propósito de posicionarse como un foro de reflexión sobre los temas sociales más urgentes de Latinoamérica.

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