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Entre aulas y ciudad: arte y cultura que transforma el aprendizaje

La Universidad de los Andes y el Distrito Creativo La Candelaria tejen redes donde el arte y la cultura se integran al aula para transformar el aprendizaje.

En el centro histórico de Bogotá, las calles empedradas conviven con teatros, museos, talleres de arte, librerías y espacios que mantienen viva la memoria cultural de la ciudad. A su alrededor, universidades, estudiantes que transitan entre clases, que buscan respuestas y laboratorios creativos que dialogan con lo que ocurre afuera.   

 

No son mundos opuestos; forman parte de un mismo territorio cargado de historia, patrimonio y movimiento. Esa cercanía física empieza a transformarse en colaboración con la alianza entre la Universidad de los Andes y el Distrito Creativo La Candelaria – Santa Fe de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá.  

 

Estos espacios reconocen y potencian las prácticas artísticas y culturales de un territorio, impulsan la economía creativa y atraen participación comunitaria. Un esfuerzo al que ahora se suma la academia y con el cual, “estamos logrando muchos beneficios para estar en el mapa como un semillero creativo”, explica Ximena Guerrero, jefe del Centro Cultural de Los Andes.  

 

Sus iniciativas conjuntas, programas de creación y acuerdos recientes buscan que el conocimiento observe la cultura que lo rodea, participe en ella, aprenda de sus dinámicas y aporte a los procesos comunitarios que le dan vida. 


"Estamos en un momento donde requerimos faros de esperanza, espacios de construcción, proyectos de sociedad, mayor amplitud y visión, y el arte siempre ha sido este elemento disruptivo",
Jimena Hurtado, vicerrectora de Investigación y Creación.
Jimena Hurtado, vicerrectora de Investigación y Creación de la Universidad de Los Andes

Tejer redes en un territorio vivo


“Estamos muy entusiasmados con la posibilidad de hacer parte del Distrito Creativo de la Candelaria - Santa Fe [...]. Los Andes se quiere más abierta, se quiere afuera, se quiere construyendo”,
dijo Jimena Hurtado, vicerrectora de Investigación y Creación.

Con esta unión, lo que está en juego es un cambio de enfoque al pasar de proyectos aislados a procesos comunitarios de largo aliento. “Nos permite complementar nuestras actividades en el sector creativo y cultural, generar un ecosistema sólido, robusto, donde hay varias miradas y agentes que participan”, explicó Carlos Camargo, coordinador del programa de Distritos Creativos, durante la reciente firma de un memorando entre la Secretaría de Cultura y Los Andes. 

 

En esa misma línea, Guerrero destacó que este tipo de alianzas permiten un acercamiento distinto entre la academia y la ciudad: 


“La idea de trabajar con entidades del Gobierno es estar en las agendas de ciudad. Vamos a dejar de ser netamente institucionales para que este sea un proyecto de comunidad y una forma en la que se pueda crecer”.

Este territorio, atravesado por siglos de historia, patrimonio y arte, es también hogar de talleres de grabado, agrupaciones musicales, colectivos de teatro y centros comunitarios. Integrar a la universidad en este tejido no busca imponer agendas académicas, sino sumar capacidades y aprender del saber que ya habita allí. 

Carlos Camargo

"Es muy importante el vínculo con la academia [...]. Allí planteamos una figura que nos permita una relación de largo aliento, de largo tiempo, ese ejercicio que nos permite complementar nuestras actividades en el sector creativo y generar un ecosistema sólido donde hay varias miradas",
Carlos Camargo, coordinador de la Estrategia de los Distritos Creativos de la Secretaría de Cultura.

Aprender del territorio: conocimiento que fluye en doble vía

En música, esta idea ya se materializa. Durante el Encuentro con la Gestión Cultural Distrito Creativo, Gibelly Parra, coordinadora académica del pregrado en Música, afirmó que se está “buscando la resignificación dentro de la academia de todos estos quehaceres, porque son al final lo que transforma”. 

En ese sentido, el aprendizaje basado en la práctica no solo beneficia a los estudiantes. También aporta a la ciudad, al permitir que el conocimiento universitario salga de los salones y se convierta en un recurso vivo, capaz de apoyar procesos culturales que llevan años en construcción y que resultan esenciales para preservar y enriquecer la diversidad del territorio.


“Hay un camino por seguir y, si le damos continuidad, ese cauce puede llevarnos a resultados muy poderosos”,
resumió Camargo.

La idea de que la Universidad sea un socio más del territorio no apunta a convertir las calles en aulas improvisadas, sino a reconocer que la cultura y el aprendizaje son inseparables.  

 

En un lugar donde la historia convive con el presente creativo, las redes tejidas entre estudiantes, artistas, vecinos y gestores pueden dar origen a proyectos que trasciendan generaciones. 

 

Como concluyó Hurtado:


“Estamos listos como Universidad para sumarnos al camino, para no quedarnos en la orilla”.

Aquella metáfora resume lo que aquí se pone en juego: un flujo continuo donde la Los Andes aporta investigación, metodologías y talento joven, y la ciudad ofrece experiencia, saberes ancestrales y la energía de una comunidad creativa que no se detiene. 

 

En este centro histórico, donde pasado y presente dialogan, sacar el aula a la calle abre la posibilidad de un futuro compartido. Allí, en ese cruce de caminos, el conocimiento deja de ser estático y se convierte, una vez más, en una fuerza viva, tejida en conjunto. 

Distritos Creativos

Firma del memorando entre la Universidad de los Andes y la Secretaría de Cultura: un pacto para tejer redes en el Distrito Creativo La Candelaria – Santa Fe.

Foto: Judy Pulido

Distritos Creativos

“La cultura abre reflexiones que, con el tiempo, pueden transformarse en intervenciones más grandes y activar conversaciones necesarias",
Ximena Guerrero, jefe del Centro Cultural.