Salud digital sin exclusión: ¿qué derechos se pierden cuando no sabes hacer clic?
La salud mediada por tecnología avanza rápido. El MOOC 100 de Uniandes analiza sus oportunidades, riesgos y retos en derechos y acceso.La salud digital avanza a gran velocidad y, con ella, nuevas preguntas sobre el acceso, la protección de datos y el ejercicio de derechos. En ese contexto, la Universidad de los Andes lanzó su MOOC número 100, Derechos y salud en la era digital: protección e incidencia, una iniciativa formativa que aborda los desafíos y oportunidades que surgen cuando el bienestar se traslada a entornos mediados por la tecnología.
No todos los trámites de atención médica empiezan en un hospital. Muchos comienzan frente a una pantalla: una plataforma para pedir una cita, una aplicación para descargar un resultado o un sistema que guarda una historia clínica.
En ese escenario, el acceso a la atención empieza a depender de saber dónde hacer clic, qué autorizar y cómo se gestionan los derechos asociados a ese proceso. Comprender qué ocurre con la información personal, cómo se usan los datos y qué mecanismos existen para protegerlos se ha vuelto parte central de la experiencia.
Salud digital y protección de derechos: una brecha en discusión
La transformación digital del sistema ha traído oportunidades concretas. Telemedicina en regiones apartadas, historias clínicas electrónicas que facilitan la continuidad de la atención, y aplicaciones que acortan distancias entre pacientes y especialistas.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud ha destacado su potencial para ampliar el acceso y mejorar la calidad de los servicios, especialmente en países de ingresos medios y bajos. Sin embargo, distintos análisis han señalado que el avance tecnológico no siempre se desarrolla al mismo ritmo que los marcos de protección de derechos.
En Colombia y en otros países del sur global, la brecha asociada a la virtualidad no se limita a la conectividad, también incluye niveles de comprensión, participación y capacidad de incidencia.
“La aceleración digital está avanzando más rápido que la protección a los derechos humanos”, advierte Cindy Zapata, líder de Lazos de VIHda e integrante del Grupo Asesor Comunitario de la construcción del MOOC, al referirse a un contexto donde la privacidad, el acceso desigual y la baja participación comunitaria siguen siendo desafíos centrales.
Camilo Restrepo, terapeuta ocupacional que trabaja con población LGBTIQ+ y también parte del Grupo Asesor, se refiere a estas situaciones desde la experiencia cotidiana: las personas solicitan citas, envían diagnósticos o acceden a servicios de telesalud sin saber “en dónde se están alojando sus datos” ni cómo protegerse frente a riesgos como filtraciones.
A esto se suma una realidad estructural: la conectividad sigue concentrada en las grandes ciudades, mientras que zonas rurales y periféricas enfrentan barreras persistentes, como ha señalado también el Banco Mundial en sus informes sobre brecha digital en América Latina.
La discusión sobre la salud en contextos tecnológicos suele centrarse en las posibilidades que abre la tecnología, pero también en sus límites. “La tecnología no es un remedio mágico”, explica Catalina González, investigadora asociada del Centro para los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Los Andes.
“Depende de quienes la usen, cómo la usan, pero sobre todo cómo la diseñamos”,
añade.
Entonces, el funcionamiento de estas plataformas involucra decisiones sobre el manejo de la información, la privacidad de los datos y la forma en que se prestan los servicios.
"Cada persona deja una huella digital. La pregunta es qué rastro deseamos que permanezca y qué información personal estamos dispuestos a compartir. El MOOC invita justamente a hacerse esas preguntas y a no asumir que estos procesos están completamente fuera de nuestro control",
Catalina González, investigadora del proyecto 'El futuro de los DDHH en la era digital'
El conocimiento como herramienta para no quedar por fuera
Frente a este panorama, la formación se convierte en un factor clave para reducir exclusiones. No solo para expertos o académicos. “Es clave que la población general entienda esta información de manera práctica, cercana, en su propio lenguaje”, señala Cindy Zapata, al insistir en que los derechos digitales atraviesan la vida cotidiana de todas las personas.
Desde esta necesidad surge el MOOC número 100 de la Universidad de los Andes, Derechos y salud en la era digital: protección e incidencia. El curso fue construido durante casi tres años por un equipo interdisciplinario y por comunidades de Colombia, Kenia, Ghana y Vietnam, con el enfoque claro de llevar el conocimiento a la acción.
“Este MOOC se construye con docenas de personas”, explica Catalina González, y cada módulo pasó por procesos de consulta y consenso para integrar saberes comunitarios, técnicos y académicos.
Más que ofrecer respuestas cerradas, el MOOC propone preguntas esenciales: cómo proteger los datos médicos, cómo identificar riesgos en entornos mediados por tecnología y cómo ejercer incidencia colectiva. En un contexto donde los procesos de digitalización avanzan a gran velocidad, comprender estos temas se vuelve una forma de inclusión.
La salud digital tiene un enorme potencial para mejorar vidas. Acompañar ese avance con derechos, información clara y participación es lo que permite que nadie quede por fuera por no saber dónde hacer clic.
El contenido del MOOC 100 pone énfasis en transformar la información en herramientas prácticas de incidencia, a partir de experiencias reales, marcos legales internacionales y estrategias comunitarias que permiten a las personas y organizaciones protegerse y actuar frente a riesgos asociados al uso de tecnología.