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A profundidad
21/04/2022

Los 5 mitos del fracking

Fracking: persiste el debate acerca de los riesgos sociales, económicos y ambientales que produce. Carlos Mantilla, experto en hidrocarburos, explica.

La fracturación hidráulica para la extracción de gas y petróleo, comúnmente conocida como fracking, es una técnica que ha desatado polémica en Colombia, por más de 10 años. Expertos de la academia aseguran que todavía no se ha podido comprobar si implementar dicha ténica que consiste en inyectar a alta presión enormes volúmenes de agua mezclada con arena y otros productos químicos para generar vías de flujo para hidrocarburos en formaciones rocosas con baja permeabilidad primaria, es viable económicamente.

La política de extracción por fracking en el país había sido aprobada anteriormente pero tuvo un retroceso tras una acción judicial que suspendió los contratos. Recientemente, el gobierno del presidente Iván Duque dispuso hacer pilotos para definir esa política, reviviendo así nuevamente el debate.


Sin embargo, la discusión no solo está en sus consecuencias sobre el cambio climático y los potenciales daños ambientales sobre la salud y otros derechos, sino en la desinformación, verdades inconclusas y mitos infundados alrededor de esta polémica técnica, prohibida y declarada en moratoria indefinida en varios países del mundo.


Carlos Mantilla, profesor de regulación y contratación en hidrocarburos de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes, aclara y analiza 5 mitos alrededor del fracking. Asegura que el reto está en hacerlo bien, no en prohibirlo.

 

¿Es cierto que el fracking genera terremotos?

Este es uno de los mitos más comunes y no es verdad, porque la vibración en la tierra es muy baja. Además, existe control del Estado para suspenderlo, en el evento de que se superen ciertos niveles.  


En el entorno de la plataforma de perforación el impacto es menor, los usos de espacios y recursos son limitados y controlados, existen reglas de compensación y mitigación contenidas en la licencia ambiental, que le aplican.


¿Cuántos pozos se perforarán en Colombia?, se dice que podrían ser hasta 19.000.

En relación con el mito sobre el número pozos a perforar, la realidad es que, para los proyectos piloto de investigación integral con uso de fracking, solamente están permitidos dos pozos para el proyecto Kalé, cada uno con una función distinta.


En una eventual implementación, el número de pozos depende de las dimensiones y condiciones técnicas del yacimiento, siempre bajo el control de las entidades del Estado que evalúan pros y contras.


En ningún caso se podrían dar los miles de pozos que el mito describe como cierto.


Frente a la concepción de que el agua para el consumo humano estará contaminada con petróleo, ¿qué opina?

Debe tenerse en cuenta que el fracturamiento en el proyecto piloto ocurre en un pozo perforado a 3.902 metros de profundidad, en etapas, por cada 60,96 metros.


La distancia al límite inferior de los acuíferos impide que sean afectadas con el fracturamiento, el revestimiento del pozo hasta 150 pies por debajo del límite del acuífero, lo protege.


Las aguas de formación y el flowback tendrán estudio, tratamiento, manejo y disposición, según lo autorizado para evitar contaminación. 


Los caudales permitidos son relativamente bajos, de tal manera que no afectan el recurso para otros fines.


Por lo tanto, la realidad es que el uso de agua y el riesgo están controlados.


¿Es contradictorio hablar de fracking y transición energética?

No. La necesidad de adoptar medidas que permitan cambiar el modelo de abastecimiento de energía en el mundo no tiene dudas y es inatajable su adopción, a juzgar por la manera en como la mayoría de gobiernos de países con mayor consumo de energía están actuando.


La velocidad con la que se efectúa la transición depende del desarrollo de sustitutos eficientes de las energías más contaminantes, situación que aún está pendiente.


Colombia participa en baja medida y su dependencia del recurso hidrocarburífero le obliga a adoptar medidas de transición que proporcionen un balance que no afecte los programas sociales y desarrollo que se sirven de la renta que producen sus recursos naturales.


¿El fracturamiento hidráulico en Colombia no es necesario para garantizar la seguridad energética?  

La realidad es que el país cuenta cada día con menos reservas que permitan asegurar el abastecimiento interno. 


El estimado de consumo y producción señala que podría haber necesidad de importar petróleo dentro de ocho y siete años, lo que significaría un impacto grande en la economía nacional y regional con afectación en múltiples aspectos de la vida de los hogares. 


Frente a este escenario posible, lo aconsejable es tomar la opción de implementar la tecnología nueva en Colombia que permita posponer el riesgo y con ello permitir que otras fuentes de energía logren sustituir progresivamente las de origen fósil.