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A profundidad
30/09/2025

El reto de convertir la educación en un acto democrático

En un mundo diverso, enseñar dejó de ser transmitir contenidos: hoy es abrir caminos colectivos donde el conocimiento se construye entre todos.

En 2015, la Universidad de los Andes aceptó el desafío de producir seis cursos masivos y abiertos en apenas seis meses para ingresar a Coursera, la mayor plataforma global de MOOCs (del inglés Massive Open Online Courses o Cursos Online Masivos y Abiertos).  

 

Lo que empezó como un experimento arriesgado se convirtió en una década de innovación educativa. Hoy, Uniandes suma cerca de 100 cursos, cinco programas de grado, cuatro certificados MasterTrack y más de 1,6 millones de estudiantes inscritos en 200 países. 

 

Ese recorrido acaba de ser reconocido con el Maximizing Impact Award 2025 que Coursera entregó a la Universidad por su “excepcional impacto educativo a gran escala” y uniéndola así a instituciones como Duke, Illinois y Michigan.  

 

Detrás de los números y del premio hay cuestiones más profundas: ¿qué significa realmente enseñar cuando el reto no es solo llegar a más estudiantes? ¿Cómo hacerlo de manera que el conocimiento se viva como un derecho compartido?

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Enseñar en un mundo diverso

La democratización del conocimiento ya no se mide solo en número de estudiantes conectados. La calidad, el alcance y la capacidad de responder a poblaciones heterogéneas definen el verdadero impacto. En Colombia, este desafío es evidente: mientras el 95,7 % de las instituciones educativas urbanas tienen acceso a internet, en áreas rurales solo lo logra el 51 %, según la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones.  

 

Para Silvia Caro, vicerrectora académica de Los Andes, los MOOCs han sido un vehículo para acercar a esas comunidades: 


“Nos han permitido democratizar mucho la formación de muy buena calidad, porque además son muy bien producidos y muestran la excelencia de nuestros profesores [...]. Nos ha dado muchísima visibilidad, hemos llegado a más gente y a públicos que seguramente jamás hubiéramos podido alcanzar dentro y fuera de Colombia”.

Ese alcance global también se refleja en las tendencias nacionales. En Colombia, 2 de cada 10 estudiantes de educación superior ya cursan programas virtuales, lo que confirma que la educación digital dejó de ser marginal para convertirse en parte del sistema educativo. En ese escenario, las clases virtuales se consolidan como una oferta que amplía y complementa las oportunidades de formación disponibles en el país. 

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¿Cómo se construye conocimiento compartido?

Los MOOCs han transformado el rol de los docentes, que pasaron de ser transmisores de información a creadores de experiencias digitales. Según Luz Adriana Osorio, directora de Conecta-TE: 


“Los profesores que los hacen han tenido la oportunidad de diseñar contenidos que les ha permitido llevar sus investigaciones y conocimientos disciplinares a públicos inimaginados”.

Ese rediseño pedagógico se traduce en nuevas metodologías. Osorio explica que “los cursos tienen una apuesta pedagógica muy importante: aprender haciendo. Los educadores les dan pequeños contenidos a los aprendices y realizan actividades para que puedan aplicar lo aprendido en contextos reales”.  

 

“Cuando estamos haciendo cursos masivos en línea quiere decir que no estamos interactuando directamente con los estudiantes como usualmente ocurre en el salón de clase… nos dimos cuenta que había que pensar en la ruta de aprendizaje”, añade. Esa apuesta convierte cada curso en un espacio democrático al construir saberes y vínculos colectivos que trascienden fronteras. 

 

El resultado es una experiencia donde el conocimiento se comparte y se construye colectivamente, incluso en cursos que han llegado a reunir más de 180.000 participantes en una sola edición.

 

En ese sentido, el premio de Coursera reconoce también la articulación entre MOOCs y formación formal. Desde 2019, Uniandes ha creado cinco maestrías 100 % virtuales, con más de 1.100 estudiantes activos en programas como Ingeniería de Software, Analítica de Datos e Inteligencia Artificial. Esa combinación permite que una persona que inicia con un curso corto pueda transitar hacia un título de posgrado, garantizando flexibilidad y continuidad académica. 

 

Silvia Caro destaca el sentido estratégico de esta distinción: 


“Que nos hayan hecho este reconocimiento con universidades como Illinois o Duke es estar a un nivel increíble en Latinoamérica. Ha sido un apalancador muy importante para la transformación Uniandes”.

Esa transformación viene de la mano en la manera como se entiende la enseñanza. Los MOOCs y las maestrías virtuales han convertido a los docentes en mediadores culturales, capaces de traducir saberes académicos a lenguajes accesibles para públicos globales y diversos. Al mismo tiempo, los estudiantes dejan de ser receptores pasivos y se convierten en participantes activos de una comunidad de aprendizaje. 

 

De esta manera, la enseñanza se afirma como un derecho colectivo y no como un privilegio. El Maximizing Impact Award 2025 reconoce la escala y el impacto, pero también señala que el verdadero valor de la educación digital está en cómo transforma la relación entre quienes enseñan y quienes aprenden. 

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