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A profundidad
02/10/2025

Aprendizaje permanente ante los desafíos tecnológicos y sociales

Educación para toda la vida, la apuesta para responder a un mundo en transformación, un tema crucial en el Encuentro Internacional de la Red de Educación Continua de Latinoamérica y Europa.

El trigésimo Encuentro Internacional de la Red de Educación Continua de Latinoamérica y Europa (Recla) se realizó en Bogotá con un tema urgente: cómo transformar la educación en medio de cambios tecnológicos y sociales acelerados.  

 

Rectores, vicerrectores y expertos de más de 17 países llenaron el Auditorio David Mejía de la Universidad de la Sabana, convirtiéndolo en un espacio de reflexión colectiva. Allí, entre conferencias, conversatorios y experiencias compartidas, la educación continua dejó de ser un concepto abstracto para revelarse como una necesidad inmediata, importante para sostener la competitividad y la inclusión en la región. 


“Creemos firmemente que la educación continua es uno de los pilares más poderosos para garantizar el aprendizaje a lo largo de la vida y responder con actividad a las demandas de un mundo que está en constante transformación”,
dijo Silvia Caro Spinel, vicerrectora académica de Los Andes en el preencuentro del evento.

Su intervención marcó el tono del encuentro: hablar de la enseñanza como un proceso dinámico, personalizado y adaptado a los cambios tecnológicos y sociales. 

RECLA

“Vamos a estar hablando mucho de la tecnología, pero no podemos olvidar que es solo un medio para alcanzar objetivos de formación e inclusión en esta sociedad tan diversa y tan retadora”,
Silvia Caro, vicerrectora académica Académica de Los Andes.

¿Por qué la educación continua es clave en un mundo en transformación?

La educación superior puede concebirse como un punto de llegada definitivo, pero también como el inicio de un proceso continuo que se extiende a lo largo de toda la vida. De acuerdo con el Informe sobre el Futuro del Trabajo 2023 del Foro Económico Mundial, 44 % de las competencias actuales de los trabajadores en Colombia cambiarán en los próximos cinco años. Esto implica que millones de personas deberán actualizarse para no quedar rezagadas. 

 

Caro Spinel lo expresó con claridad: 


“59 % de toda la fuerza laboral va a necesitar capacitación para el 2030 [...]. Eso es una oportunidad inmensa que tenemos todas las organizaciones que trabajamos enseñando”.

En este escenario, la educación continua se transforma en un proceso estratégico. Ya no se trata de cursos aislados, sino de trayectorias modulares que permiten acumular microcredenciales, certificar competencias y escalar hacia títulos más avanzados. “Flexibles significa cuando la persona lo necesita, en la forma en que lo necesita, ojalá modular, apilable y personalizado”, agregó la Vicerrectora. 

 

Esta tendencia se refleja también en la preocupación de las universidades frente a la demografía. En Colombia, la tasa de natalidad ya se ubica por debajo del nivel de reemplazo (0,91 nacimientos por mujer en Bogotá), lo que reduce el número de jóvenes que ingresarán a la educación superior en las próximas décadas. Ante esto, la formación continua para adultos y profesionales en ejercicio se convierte en un frente crucial para complementar oferta académica y mantener la competitividad del país. 

RECLA

“La misión principal de las universidades siempre ha sido la formación de la mejor versión de nosotros como seres humanos y la preparación de ciudadanos para la vida en democracia liberal",
Raquel Bernal, rectora de Los Andes.

¿Qué papel juegan los modelos flexibles en la educación del futuro?

Durante el mismo encuentro, Raquel Bernal, rectora de la Universidad de los Andes, explicó en un conversatorio sobre la Quinta Revolución Industrial: “La educación continua nunca ha sido tan importante como ahora, si no la hacemos suficientemente rápido, va a ser muy grave”. 

 

Los modelos flexibles son la respuesta a este reto. Implican modalidades híbridas, trayectorias adaptables y credenciales que responden a las necesidades inmediatas del mercado laboral. Por ejemplo, Uniandes ha experimentado con microcredenciales en áreas como gestión pública o arquitectura, que luego pueden ser reconocidas dentro de maestrías formales. 

 

Además, la colaboración entre universidades y empresas es clave. En palabras de la rectora Bernal: “Tenemos que trabajar mucho más de cerca con los sectores económicos, con el sector empresarial. Eso debería ser una tarea para ser más pertinentes”. 

 

En este sentido, las instituciones de la región buscan posicionarse como aliadas estratégicas en la empleabilidad y la innovación. El reto está en hacerlo con pertinencia, calidad y capacidad de adaptación a los cambios tecnológicos.

En esa línea, Rolando Roncancio, rector de la Universidad de La Sabana enfatizó la necesidad de que las universidades trabajen como un ecosistema: “Lo más importante para la formación en una institución de educación son sus alianzas”.  

 

Y es que la flexibilidad no solo se refiere a horarios o modalidades. Se trata de repensar la educación como un espacio en el que la formación inicial, los posgrados y la capacitación ejecutiva no son compartimentos aislados, sino un flujo continuo que acompaña al estudiante en diferentes etapas de su vida. Sobre este punto, Roncancio resaltó que “entre los 15 y los 25 años ocurre el segundo momento de mayor plasticidad neuronal en el ser humano, después de la infancia. Eso obliga a diferenciar cómo formamos a los jóvenes y cómo diseñamos programas para adultos”. 

 

El trigésimo Encuentro Internacional de Recla dejó claro que la educación ya no puede ser entendida como una carrera que empieza y termina. Es un viaje permanente en el que las instituciones, los gobiernos y las empresas deben trabajar juntos.  


“El verdadero centro de todo será y deben seguir siendo las personas. Nuestro compromiso es que cada innovación esté al servicio de la inclusión, de la equidad y de la sostenibilidad”.
concluyó la vicerrectora Silvia Caro Spinel.
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