
Universidades: faro de esperanza
Durante la Cumbre de La Tríada 2025, la unión de tres universidades latinoamericanas, los rectores coincidieron en una convicción: la universidades pueden ser luz para el continente.“Las universidades siempre han navegado en mares agitados, pero pocas veces como ahora, sentimos que las olas nos cambian el rumbo a cada instante”, fueron las palabras con las que inició su intervención el rector de la Universidad Católica de Chile, Juan Carlos de la Llera, durante la Cumbre de rectores de La Tríada, una iniciativa de colaboración entre las tres universidades no gubernamentales mejor clasificadas en Latinoamérica: el Tecnológico de Monterrey (México), la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad de los Andes (Colombia)
Los rectores y sus equipos directivos se reunieron para hablar de estrategias que les permitan navegar en tiempos agitados para el mundo y la educación: el cambio demográfico y tecnológico, las amenazas a la autonomía, entre otros desafíos. Para la rectora Raquel Bernal, de la Universidad de los Andes, aunque los cambios en las sociedades son numerosos, hay que afrontarlos con un “marco mental diferente”, pero sin perder de vista el faro que ha guiado a estas instituciones desde su creación.
“Nuestra ancla es nuestra misión, la visión de nuestros fundadores que protegemos siempre dentro de las planeaciones estratégicas”, dijo la Rectora, quien recordó que las instituciones fueron creadas con una visión esperanzadora que buscaba combatir la pobreza y la inequidad de cada país. Más allá de proyectos educativos, fueron concebidas como iniciativas para transformar naciones, y esa sigue siendo la mirada que comparten los tres rectores.

Sesión durante la cumbre: La Tríada hacia el futuro: visiones rectorales
“Las universidades de La Tríada coincidimos en la importancia social que tienen en las comunidades donde estamos presentes y, de manera más amplia, en América Latina”, señaló Juan Pablo Murra, rector del Tecnológico de Monterrey, al referirse a ese propósito común.
Estos son temas en los que ya se está trabajando con el propósito de aprovechar los nuevos y cambiantes vientos de la educación, con la mirada puesta en una Latinoamérica que, consideran, debe creer más en sí misma y aprovechar su potencial.
Una visión humana de la inteligencia artificial
Derrumbar lo obsoleto para dar paso a lo nuevo es la esencia del concepto de “destrucción creativa” del economista austriaco Joseph Schumpeter, una idea que el rector De la Llera invitó a adoptar de forma activa. La inteligencia artificial es uno de esos grandes cambios y “ahí está precisamente una de las paradojas de la destrucción creativa: la misma fuerza que amenaza con despojarnos de lo conocido y establecido puede, si la guiamos con criterios y humanidad, abrir un espacio fértil para reinventar lo que somos y lo que enseñamos”.
Para la rectora Bernal, la IA está permeando todas las carreras y por eso el reto es ofrecer a los estudiantes no solo las competencias digitales y creativas que requieren las distintas disciplinas, sino también fortalecer en ellos aptitudes duraderas como “el pensamiento crítico, la ética y las competencias ciudadanas en la era de la fragilidad democrática y la desinformación”.

Juan Carlos de la Llera, rector de la Universidad Católica de Chile
La universidad y sus múltiples miradas
La Tríada tiene actualmente 90 iniciativas de colaboración entre las tres universidades, un reflejo de la necesidad y el potencial del trabajo conjunto. Pero no es suficiente. Uno de los llamados de los rectores es a reforzar los vínculos entre y dentro de las instituciones, así como entre disciplinas y comunidades.
Para el rector Murra, las conexiones entre instituciones se están dando, en su mayoría, en las instancias directivas, y el intercambio entre estudiantes es un espacio que podría aprovecharse mucho más, lo que incrementa valor a su proceso formativo. Latinoamérica tiene talento y particularidades propias que puede ofrecer; por eso, los programas que involucren a sus países tienen un potencial único.
Lo que se ha convertido en una obligación es el intercambio entre disciplinas. Según la rectora Bernal, es necesario continuar con investigaciones interdisciplinares que atiendan los retos globales. Por eso invita a salir de las aulas y trabajar con las comunidades “en interacciones que tratamos sean tripartitas con comunidades, estudiantes y profesores. Volvemos las comunidades un aula de clases para que en esa interacción solucionemos problemas, aprendamos juntos y cocreemos".

Raquel Bernal Salazar, rectora de la Universidad de los Andes
Las universidades a soltar amarras

Juan Pablo Murra, rector del Tecnológico de Monterrey
Con la mentalidad de crear planes estratégicos flexibles, los rectores también hablaron en la cumbre sobre emprendimiento, sostenibilidad, primera infancia y diversidad socioeconómica en las universidades, todos temas relacionados con la búsqueda del bienestar de la región.
Insisten en que es necesario seguir fortaleciendo uniones como La Tríada. Por eso, se comprometieron a reunirse con mayor frecuencia y a elevar en la lista de prioridades de sus instituciones el trabajo conjunto, para aprovechar su potencial. Además, hacen un llamado a ver a los pares de otros países como aliados cercanos, con los que es posible desarrollar programas e investigaciones.
“Es ser faro para muchas universidades de la región latinoamericana que también quieren avanzar en ese futuro que nos espera, con la formación de jóvenes, de personas a lo largo de toda la vida y con la producción de conocimiento de frontera para la región”, concluyó la rectora de Los Andes.
En 2026 volverán a reunirse, pero el intercambio entre los rectores pretende ser ahora mucho más intenso, como la luz con la que buscan guiar a la región a través de la educación.