Así nace 'Tenemos que hablar, Colombia'

El podcast de Tenemos que hablar, Colombia, en su primer episodio, cuenta cómo nace este proyecto, por qué Chile es un ejemplo a seguir y por qué, además de dialogar, es vital escucharnos.

Tenemos que hablar Colombia es una apuesta ambiciosa por conversar con miles de personas de todos los rincones del país, para celebrar sus encuentros y divergencias, y así revelar una visión común.

“Aquí la divergencia lo que nos va a decir es: ‘mire, todos los colombianos no piensan igual. Hay colombianos que piensan así y otros que piensan así”, explica Claudia Restrepo, rectora Universidad Eafit.

La metodología, que permite que se den estos diálogos divergentes, surge a raíz de Tenemos que hablar, Chile un proyecto que surgió por causa del estallido social de 2019. Allí, los cabildos y reuniones barriales se convirtieron en conversaciones nacionales masivas, representativas, rigurosas e incluyentes. “En el fondo no es el espacio solo para los que son optimistas y creen en la política. También es el espacio para el que quiera cuestionarla, o para los que quieren hacer crítica y quieren expresar lo mal que lo han pasado”, expresa Valentina Rosas, subdirectora Tenemos que hablar, Chile.

Más allá de cuestionar y criticar la política, el gobierno, al uno o  al otro, lo importante es que estos diálogos se den bajo principios básicos de respeto mutuo. No se pueden tener conversaciones fructíferas si hablamos, pero nos rehusamos a escuchar. “Si no nos escuchamos entre nosotros, es improbable que seamos capaces de reconocer la humanidad en la conversación y en las convicciones de los demás. En ocasiones, un diálogo sincero, así no tengas consensos, puede ser muy potente para evitar otras formas inconvenientes de interacción”, resalta Santiago Silva, gerente de Tenemos que hablar, Colombia.

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