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Personas
16/05/2025

Multiplicar las oportunidades: el milagro de Harry Ramos

Con la beca Quiero Estudiar, Harry logró estudiar Economía en la Universidad de los Andes. Es servidor público, también profesor y procura devolverle a otros la oportunidad que él recibió.
Educación

Harry no nació en una cuna de privilegios. Eso sí, creció con la convicción de que la educación podía cambiar su destino. De familia campesina boyacense y trabajadora, sus padres con esfuerzo se asentaron en Bogotá para darle un mejor futuro a él y a su hermana. 
 

En el colegio, Harry se destacó por su disciplina y atención. Durante años creyó que con eso bastaba. Hasta que en su último año escolar, su papá le dijo con franqueza: no había dinero suficiente en casa para pagar una universidad. 
 

 

Lo que vino después fue una mezcla de fe y determinación. En su habitación, Harry hizo una oración sencilla pero poderosa: 
 “Dios, paga mi universidad. Si tú me cubres el 90%, yo consigo el 10%.” 

 

Y el milagro llegó, pero no por casualidad. Después de meses de estudio disciplinado, Harry logró sacar el mejor Icfes de su colegio. El 5 de diciembre de 2011, el mismo día de su grado de bachiller, recibió un correo: había sido admitido a la Universidad de los Andes con la beca Quiero Estudiar

 

“Alguien, sin conocerme, decidió donar para que yo pudiera cumplir mi sueño. Alguien creyó en mí. Ese fue mi milagro”, dice Harry. 

 

 

Harry Quiero Estudiar

Harry trabaja en el Concejo de Bogotá en el equipo del concejal Daniel Briceño

Harry es el reflejo de una realidad contundente: en Colombia, solo 4 de cada 10 jóvenes acceden a la educación superior. 

 

No es cuestión de talento, sino de oportunidades. Por eso, facilitar el acceso a la universidad es esencial para que más jóvenes puedan transformar su futuro. 

 

El recorrido de Harry, como servidor público y docente, es prueba de ese impacto. Como él mismo dice: “La educación no solo cambia destinos, también se multiplica.”

 

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Entró a estudiar economía y su paso por la Universidad se convirtió en un ejemplo vivo del poder transformador de la educación. Era un estudiante bastante inquieto: participó en el Consejo Estudiantil, promovió una red de apoyo entre becarios y empezó a combinar su trabajo en la Decanatura de Estudiantes con su rol como profesor asistente en la Maestría en Educación. Allí descubrió su vocación por enseñar, capacitando a docentes del Distrito en su proceso de formación.  

 

Y la oportunidad de trabajar en el sector público se le atravesó en el camino. Se unió al Instituto Distrital de Turismo como economista, mientras seguía enseñando en las noches en una universidad. Sus estudiantes eran trabajadores que, después de largas jornadas en labores de vigilancia, administrativas o de mensajería, se sentaban a aprender sobre economía. 

 

¿Qué hace un uniandino de 23 años enseñando aquí?”, le preguntaron una vez. Su respuesta fue simple y contundente: “Cumpliendo un propósito, multiplicando el milagro que alguien hizo por mí”

 

Después vinieron nuevos retos: trabajó en el Instituto Distrital de Turismo, en el Concejo de Bogotá y en la Superintendencia de Industria y Comercio. También fue asesor en la Presidencia de la República, donde su tarea era acercar a las comunidades, alcaldes y gobernadores con el Gobierno Nacional. Con libreta en mano y el oído atento, Ramos recorrió el país, convencido de que escuchar es el primer paso para servir.

 

Y se quedó en el sector público. Le apasiona servir a los demás.  

 

Harry tiene 30 años, está casado y actualmente es coordinador del equipo del concejal Daniel Briceño en el Concejo de Bogotá. También es profesor de finanzas públicas en la Escuela Superior de Administración Pública. Desde su trabajo combina la gestión territorial con la formación de futuros líderes, guiado por una convicción profunda: la educación transforma vidas.