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40 líderes en los Andes: una experiencia de humanidad

Hicieron parte de la Academia de Liderazgo para la Paz, AlaPAZ, de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes y la Fundación Compaz.
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líderes sociales
Construcción de Paz

El trabajo en liderazgo consciente con 40 líderes sociales y ambientales en la Universidad de los Andes fue como hacerle un poco de acupuntura al país para sanar sus dolores.

Así describió el profesor David Salas de la Escuela de Gobierno el trabajo de una nueva generación de la Academia de Liderazgo para la Paz AlaPAZ, de la Fundación Compaz y la Universidad de los Andes.

Una iniciativa que viene fortaleciendo las capacidades de decenas de líderes, en esta ocasión ambientales, que trabajan por sus propias comunidades en diferentes partes del país.

A las afueras de uno de los auditorios de CityU, mientras la niebla no permitía ver Monserrate, Álbaro Cruz, líder indígena del Putumayo dijo que no recordaba a Bogotá tan fría, pero que la mañana había sido más cálida por todo el trabajo emocional que había podido hacer con sus compañeros.

Escuchar a los otros da fuerza para seguir y permite hablar y exteriorizar situaciones o vivencias que son difíciles y no podrían decirse en otros escenarios”, aseguró Cruz.

En un diálogo con el rector de los Andes, Alejandro Gaviria, se habló de la experiencia como un viaje que trasciende el campus: un viaje que transforma para que sigan siendo agentes de cambio con sus comunidades.

Hombre hablando a un grupo de personas en un salón

Herramientas como el liderazgo consciente, de acuerdo con el profesor Salas, les permitirá no dejar de ver la humanidad como seres frágiles, con emociones y sentimientos; y dejar de lado la posición de autoridad y de mando. Sería algo así como provocar empatía para generar transformación social desde el corazón.

Para la profesora Sandra Camacho, AlaPAZ se convirtió en una experiencia de humanidad en la que pudo darse cuenta de la diversidad, pero también cómo en medio de esta hay una conexión para buscar soluciones juntos.

Con Camacho, los líderes aprendieron bases del Chi Kung, la meditación y la biodanza, a conectarse con su energía y su cuerpo y a ser conscientes de su estado mental y físico a la hora de tomar decisiones con sus poblaciones.

¿Cómo puedo ayudar a los demás, si yo no estoy bien? Reflexionaba en una de sus conversaciones Álbaro, del Putumayo. Un líder que en la defensa de su jurisdicción indígena olvidaba cuidarse a sí mismo y aprender a quitarse tanta carga.

Mientras que, desde Quibdó, Mayra Caicedo no dejaba de repetir que estos siete días le habían despertado unas ganas inmensas de seguir ayudando al mundo y proyectando su trabajo para cuidarse a sí misma y a los demás.

Imagen de un grupo de personas posando para una foto