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A profundidad
20/05/2025

Administración de clase mundial

Ximena Rueda, decana de la Facultad de Administración de Los Andes, habla de las oportunidades y desafíos de los administradores, tras renovar la Facultad la certificación AACSB, consolidándola entre las mejores del mundo. 
Administración Pública

La Facultad de Administración de la Universidad de los Andes recibió por seis años la acreditación internacional de la Asociación para el Avance de Escuelas Colegiadas de Negocios (AACSB, por sus siglas en inglés). A la Facultad le fue otorgada dicha acreditación por primera vez en 2010.

 

 Este logro la ubica dentro del selecto 1 % de instituciones con la denominada 'Triple corona' (AMBA, EQUIS y AACSB). Por ello, la decana, Ximena Rueda, reflexiona sobre los desafíos del sector, las nuevas exigencias del liderazgo empresarial, y las transformaciones en las escuelas de negocios, su presente y futuro.   

 

 

¿Qué garantiza la acreditación a los estudiantes?

 

La certificación demuestra que la producción intelectual y la práctica van de la mano. Estas características de la AACSB reflejan que un porcentaje significativo de los profesores está activamente vinculados al mundo académico, “publican, están teniendo conversaciones importantes, lo que escriben lo leen sus colegas en journals de alta calidad”, destaca Rueda.  

 

Este compromiso con la producción intelectual evita caer en privilegiar la práctica, una tentación común en las escuelas de negocios.  

 

“Otras disciplinas que son de esa naturaleza, como la medicina, deben aprender en la práctica con personas muy experimentadas. Eso es importante, que médicos con mucha trayectoria enseñen, pero también aprenden del conocimiento científico que está saliendo de su disciplina”. 

 

Por otro lado, la acreditación atrae a profesores de todo el mundo y a instituciones aliadas. Si estos no conocen bien la Universidad o el país, el sello es una muestra de la excelencia académica de la institución. 

 

 

Facultad de Administración de la Universidad de los Andes

Facultad de Administración de la Universidad de los Andes

Un momento de reflexión para seguir mejorando

 

Aunque a primera vista una acreditación parece un trámite administrativo, para Rueda representa una valiosa oportunidad de hacer una pausa, reflexionar y proyectar el futuro. En este ejercicio, la Facultad realiza una autoevaluación profunda sobre dimensiones clave como la estrategia, la investigación, el impacto social, las metodologías de enseñanza, el aseguramiento del aprendizaje, la gestión del portafolio académico, la educación ejecutiva, entre otras. 

 

En su opinión, una ganancia adicional radica en que es un ejercicio exigente, liderado por pares que entienden la disciplina y su contexto. “Aquí vienen los decanos de las facultades que nosotros admiramos y a las que nos queremos parecer, de las que queremos aprender y ellos entienden nuestra realidad”. 

 

El sello es una manera fácil de comunicar la calidad, pero detrás de este hay un proceso de reflexión y de mejora del que se benefician los estudiantes y el resto de la comunidad. Esto lo amplía la decana, quien tiene un Doctorado en Geografía e investiga la relación entre las empresas y la sostenibilidad. 

 

 

Los retos del presente

 

Las instituciones enfrentan retos de todo tipo, pero sobresale el del cambio demográfico: “Nacen cada vez menos jóvenes y eso es un reto para la sociedad, no solo desde el punto de vista de que tengamos menos demanda para nuestras ofertas académicas, sino también porque eso genera dificultades en el mercado laboral”, afirma Rueda. 

 

A esta situación se suman un fenómeno de carácter cultural. Las nuevas generaciones ya no conciben su vida centrada únicamente en lo laboral. “Ellos tienen expectativas de vida diversas, la vida es más amplia que solo el trabajo, también es el disfrute”. 

 

Y las escuelas de negocios también enfrentan desafíos internos, especialmente en innovación. Gran parte de esta ocurre en el sector privado y no tanto en las universidades, lo que obliga a las facultades a trabajar más de la mano con las empresas que están a la vanguardia. Establecer relaciones en las que todos ganan, para el caso de las empresas, reciben trabajadores capacitados en las labores que necesitan. 

 

A pesar de los desafíos, la Decana ve una gran oportunidad en el creciente interés por la administración en múltiples disciplinas. “El conocimiento del management se ha vuelto más transdisciplinario, la gente quiere aprender cómo funcionan las organizaciones, cómo liderar equipos, cómo comunicar efectivamente, cómo tomar decisiones bajo la incertidumbre”. 

 

Esto ha ampliado las fronteras del conocimiento administrativo más allá de las empresas, y ha generado un escenario fértil para que las facultades ofrezcan herramientas útiles para sectores tan diversos como las ONG o los emprendimientos sociales. 

 

 

Ximena Rueda, decana de la Facultad de Administración

Ximena Rueda, decana de la Facultad de Administración.

¿Qué debe saber un administrador hoy?

 

El mundo empresarial ha cambiado y, con él, las exigencias para quienes lideran organizaciones. Para Rueda, los egresados deben repensar su rol y actualizarse en tres dimensiones fundamentales para seguir siendo pertinentes en el entorno actual. 

 

Lo primero es entender que las compañías hoy deben ser conscientes de su impacto, “Saber que su responsabilidad se extiende a lograr beneficios para toda la sociedad”. Por eso, temas como el propósito corporativo, la sostenibilidad y el rol de la empresa en su entorno “son centrales a la estrategia y en eso hay que actualizarse”, afirma. 

 

El segundo campo ineludible es el manejo de información y análisis de datos. La tecnología ha multiplicado la cantidad de información disponible, tanto interna como externa, y es tarea del administrador convertir esos datos en decisiones estratégicas. 

 

El último punto es la importancia de lo que ahora se llaman habilidades esenciales —antes conocidas como blandas—, especialmente la capacidad de gestionar equipos diversos y multigeneracionales. 

 

“En el momento en que el espectro se abre y uno empieza a incluir personas de distintos orígenes, trayectorias de vida, perspectivas y profesiones, aumenta la complejidad, pero todo se hace mucho más rico e interesante”, aclara. 

 

Con la Acreditación en mano, la Facultad sigue pensando en el futuro. Su plan es ampliar su presencia en América Latina con alianzas y programas como la maestría internacional en management (CEMS), que permitirá estudiar en Los Andes y en universidades de renombre mundial como el London School of Economics (LSE) o HEC París. 

 

Otra meta es transformar la experiencia en el aula, aprovechar los valiosos encuentros presenciales y para esto “invertirán una parte importante en el diseño de experiencias memorables de aprendizaje, que sean realmente transformadoras”. 

 

La Facultad de Administración no solo celebra un reconocimiento internacional, también reafirma su compromiso con una formación pertinente, crítica y profundamente conectada con los desafíos del mundo contemporáneo.  

 

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