
“La IA puede ayudar, pero la salud mental necesita de otros vínculos”
Según la psicóloga Diana Agudelo, la inteligencia artificial ofrece respuestas y simulaciones de apoyo emocional, pero no son suficientes cuando se trata de salud mental.
Diana María Agudelo Vélez, decana de Estudiantes de la Universidad de los Andes, relata su experiencia acompañando a jóvenes en procesos personales, académicos y emocionales, lo que le ha permitido tener una visión clara: la IA puede ser útil como apoyo inicial, pero nunca como reemplazo del contacto humano. "Tenemos que rescatar el valor de la palabra y de la conversación".
En esta entrevista, Agudelo Vélez, psicóloga de la Universidad de Antioquia y especialista en Psicología Clínica de la Universidad del Norte, reflexiona sobre los límites de la tecnología en temas sensibles, la importancia de los servicios de apoyo psicológico universitario y la necesidad de vivir con sentido para cuidar la salud mental antes de que llegue una crisis.

¿Un estudiante que esté en un momento de crisis puede tener ‘primeros auxilios’ antes de llegar a un terapeuta?
Creo que tenemos sobredimensionado el alcance de la inteligencia artificial en el sentido de pensar que va a suplir o a satisfacer todas nuestras necesidades o que va a reemplazar a todas las profesiones y en todas las funciones que estas conllevan.
Parte de eso podría facilitar la tarea de un terapeuta, sin embargo, hay temas que no serán fácilmente resolubles. Tenemos que rescatar el valor de la palabra y de la conversación.
¿Se puede utilizar la IA como un terapeuta o consejero?
Eso ya lo tenemos hoy y obviamente funciona con algoritmos. Si entras a un buscador en internet y preguntas qué hacer en caso de depresión, probablemente el algoritmo te arroja alguna información acertada, otras probablemente no, pero te indica información importante.
Entonces, uno se puede nutrir de esa información básica, inicial, y luego siempre hacer la observación de que puede recurrir a un experto, es decir, una observación inicial que se puede apoyar en un algoritmo, luego algo más experto y especializado que implique llegar a un terapeuta
¿Qué puede aportar un terapeuta que tenga la inteligencia artificial?
Hacer un análisis de la información facilita explorar rutas alternas, aunque todavía existen algunas limitaciones.
El terapeuta puede hacer una observación y una interpelación a partir, insisto, de los datos de tu comunicación no verbal. La inteligencia artificial no puede hacer eso.

¿Por qué los servicios de psicología estudiantil son clavea en una crisis personal, académica o emocional?
Porque hay una interacción humana real, un acompañamiento que se siente en una situación de crisis. Esto lo solicita la persona que está enfrentando la situación, pero también la puede referir un profesor, un administrativo o un estudiante que ve a un compañero o compañera pasando por un mal momento. Esa red humana es irremplazable, es un espacio donde esa persona se siente acompañada. Eso no lo puede ofrecer un algoritmo.
¿Qué más puede hacer un estudiante —o cualquier persona— para cuidar su salud mental, además de hablar con otra persona?
Participar en eventos sociales o en grupos de interés, en cosas que nos hagan sentir vivos. No tenemos que esperar a tener un problema de salud mental, tenemos que aprender a protegerla y eso se hace fundamentalmente teniendo una vida con sentido y balance, en donde combinamos nuestros intereses académicos, personales y profesionales. Lo que entendemos como una vida integral.