Responsabilidad social universitaria: el compromiso de Estefanía Leiva
Estefanía Leiva recibió la distinción a la Responsabilidad Social Universitaria por su impacto en diferentes comunidades del país.
Estefanía recuerda a doña Gloria, una mujer cafetera de Pitalito, Huila, a quien había conocido mientras hacía un voluntariado con la ONG Raíces.
El ejemplo de tenacidad de la caficultora, que había superado grandes obstáculos en su vida, se convirtió en un impulso para Estefanía en momentos difíciles.
En la Ceremonia de Grados de primer semestre de 2025, Estefanía Leiva recibió los títulos de microbióloga e ingeniera química, y además un reconocimiento a su trabajo en el voluntariado: la distinción a la Responsabilidad Social Universitaria, que se otorga a los estudiantes que se destacan por sus calidades humanas excepcionales y por realizar actividades extracurriculares sobresalientes, con un impacto comunitario positivo.
“Es muy gratificante todo lo que implica el voluntariado: poder llegar y aportar un poco de mí a las comunidades, y hacer proyectos que sean autosostenibles” – Estefanía Leiva Moreno.

La responsabilidad de devolverle al país
Estefanía recibió la distinción por su participación en proyectos de educación étnica en la Sierra Nevada de Santa Marta; reforestación; empoderamiento femenino con artesanas en Boyacá; y fortalecimiento del relevo generacional en mujeres del sector cafetero del Huila.
Igualmente, se reconoció su promoción del acceso de las mujeres a carreras STEM, impulsando la equidad de género en el campo de la educación.
“Para mí el servicio social es una responsabilidad que va muy ligada a todo lo relacionado con la educación. Siento que esta oportunidad, gracias a Dios, de tener educación, de poder acceder a esta, es una responsabilidad que debo devolverle al país”, dice Estefanía.
Diana María Agudelo Vélez, decana de Estudiantes, ve estos voluntariados como oportunidades de “aprender de la mano con las comunidades, con trabajo social que empodera a las personas que reconoce su valor y respeta su dignidad”.
Lina, que estudió ingeniera química y microbióloga, concluye que la experiencia como voluntaria fue un aprendizaje de doble vía, pues le permitió comprender la diversidad cultural del país y su riqueza, así como también conocer a personas como doña Gloria, quien le mostró el liderazgo femenino en actividades económicas que tradicionalmente han sido lideradas por hombres.
Expresa gratitud por la distinción y por lo que pudo compartir con mujeres de todo el país, a quienes les pudo aportar, pero también de quienes recibió habilidades que la acompañarán en la carrera profesional que ahora inicia.