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A profundidad
23/09/2025

¿Con qué cartas naciste?

El Bogotá International Film Festival 2025 trae una película que convierte las cifras de un estudio de Uniandes en historias de vida. 

Del 9 al 15 de octubre se lleva a cabo la undécima edición del Bogotá International Film Festival (BIFF) 2025, donde por primera vez hará parte de su selección oficial una película basada en una investigación de la Universidad de los Andes que busca comprender las dinámicas sociales y económicas de las familias en Colombia. El documental El juego de la vida es producido por Séptima Films en asocio con la Universidad. 

 

La particularidad de la película es que, tras recolectar datos por 14 años, estos se sintetizaron en un lenguaje cinematográfico en cinco historias de familias colombianas que tratan de salir adelante con las cartas con que nacieron. 

 

Andrés Ruiz, documentalista y director de la película, junto a otros periodistas, acompañó a los encuestadores que recogían la información para la Facultad de Economía. En ese tiempo vio crecer, envejecer y tomar decisiones a los miembros de las familias que afrontaron procesos de migración, embarazo adolescente o la búsqueda de una vida digna en el sector rural. En pocas palabras, cómo se rebuscaron la vida en uno de los países más desiguales del mundo. 

 

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La película, que está recorriendo festivales, tendrá tres funciones durante el Biff, uno de los festivales más importantes del país: 

 

  • Sábado 11 – 17:30 
    Cinemateca de Bogotá – Sala Capital 

     

  • Martes 14 – 18:00 
    Multiplex Avenida Chile – Sala 2

     

  • Miércoles 15 – 15:30 
    Multiplex Avenida Chile – Sala 3 

El reto de traducir cifras en historias de vida

La investigación que dio origen a la película es la Encuesta Longitudinal Colombiana de la Universidad de los Andes (ELCA), que siguió a 10.000 familias en la zona rural y urbana durante más de una década, con el objetivo de comprender los cambios sociales y económicos a nivel individual y de los hogares. Hoy la encuesta es conocida como la Encuesta longitudinal de Colombia (ELCO), al ser adquirida por el DANE. 

 

Para concluir el largometraje se grabaron 10 familias, de las cuales cuatro terminaron como historias principales, siendo la quinta la del documentalista. Las historias fueron grabadas en Boyacá, Norte de Santander, Cundinamarca, Antioquia, Córdoba y Bogotá

 

Entre los relatos está el de Mildred, una madre soltera con cuatro hijos, damnificada por la falla geológica que destruyó Gramalote, y su hijo Donny, que lucha por ser cantante; o la de Angie y Daniela, unas primas que viven en el campo criadas por mamás viudas y que sueñan con ser diseñadora de modas y modelo. 

 

“Esta es realmente una película cotidiana, del colombiano de a pie; la gente siempre ve su propia historia ahí, o la de un tío, la mamá o la del hermano. Hasta el momento no hay una sola persona que vea la película y no se sienta identificada con alguna de las historias”, dice Ruiz. 

 

 

Mario Andrés Ruiz, director de "El juego de la vida".

Mario Andrés Ruiz lidera la Dirección de Comunicación Estratégica de la Universidad de los Andes

El nacimiento de una película

 

Cuando el estudio llevaba nueve años, Ruiz se dio cuenta que tenían material suficiente para hacer una película que contara la historia de las familias. “Ahí entran Séptima Films y el productor Jorge Botero para convertir todas estas grabaciones y darles forma de película”, recuerda el director. 

 

Organizaron un comité de guion del que hicieron parte profesoras del Departamento de Sociología, para no ver la historia solo desde el punto de vista económico. En este participaron Tatiana Andia (Q.E.P.D.), directora del Departamento en ese momento, y María José Álvarez, quien investiga temas de desigualdad. Igualmente, del comité que concluyó la película hicieron parte el exrector Alejandro Gaviria y la rectora Raquel Bernal. 

 

En ese proceso hubo otra particularidad del proyecto. En el comité se preguntaron por la obsesión del director por contar estas historias. Y, casi en un ejercicio de psicoanálisis, se dio cuenta que, como muchos colombianos, se veía reflejado en ellas: “Hacía parte de una búsqueda personal, de la conexión con mi pasado, de entender un poco la movilidad social porque la había vivido en carne propia”, recuerda Ruiz. 

 

 

Dony en El juego de la vida

Donny Juan Pablo Lozano en una de las primeras visitas de los encuestadores, hace 11 años. Foto: Andrés Felipe Valenzuela 

El director se vuelve un personaje

 

Para el director, existen unos dolores que deja la movilidad social y de los que no se habla normalmente. Ruiz nació en medio de la pobreza, en una familia numerosa que se fue a vivir al campo. Gracias a becas y créditos pudo estudiar y cumplir su sueño de ser periodista y hacer documentales. Pero en un país como Colombia parecen cobrarse esos cambios de vida: “Si tú logras una movilidad social y estás en una mejor posición, que es mi caso, quedan unos dolores guardados por siempre y que normalmente uno se tiene que callar, porque a veces termina diciendo mentiras sobre su pasado, ocultándolo, porque vivimos en una sociedad clasista”. 

 

Jorge Botero, el productor, conocía a Ruiz desde hace un tiempo, pero no sabía en detalle su historia de vida. Al ir descubriéndola, también le hizo ver que era perfecta para llevar la línea narrativa y que no se viera como una colección de historias individuales. “Como no había sido una película pensada desde el inicio, no teníamos una historia aglutinante; ahí fue cuando empezamos a tocar el tema con Andrés sobre qué pasaba si él contaba su vida”.

 

Según Ruiz, que lidera la Dirección de Comunicación Estratégica de Los Andes, el asunto no solo tenía un componente social, sino también psicológico. Durante la escritura del guion, el cineasta descubrió que podía aportar su propia visión, lo que enriqueció la narrativa y generó conversaciones más auténticas con las familias entrevistadas. “Ellos mismos me empezaron a preguntar del tema y me di cuenta de que podía ser una inspiración para ellos, pero también para la gente que viera la película”, señala. 

 

Así, la película fue más allá de una observación etnográfica y el director habló sobre las cartas que había recibido en la vida, algo similar a lo que había hecho el productor con su documental Después de Norma (2019), donde contó la enfermedad de su mamá y la relación con su padre. Así, sus historias también se unieron para llevar a cabo esta película.

 

En el Festival estarán 51 películas de todo el mundo, entre estas la ganadora del Festival de Cannes It Was Just an Accident del director iraní Jafar Panahi y seis películas que ya han sido preseleccionadas para los Óscar de 2026. El juego de la vida está dentro de la sección Colombia Viva junto a otras cinco producciones: Brigitte, planeta B, del director Santiago Posada; Domingos, de Juan Soto Taborda; 09/05/1982, de Jorge Caballero y Camilo Restrepo; Llueve sobre Babel, de Gala del Sol; y Paristopía, de Emanuel Rojas. 

 

 

Jorge Botero, productor de El juego de la vida

Jorge Botero, productor de El juego de la vida.