Aumenta demanda de anticonceptivos, tras baja de precios

Aunque aún no existen mediciones oficiales sobre el impacto de la reducción de precios de anticonceptivos en Colombia, que empezó a regir desde enero de este año, la demanda de estos medicamentos se ha incrementado de forma considerable, de acuerdo con Tatiana Andia, directora del proyecto Salud Visible, del programa de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes.

El incremento en el uso de anticonceptivos, siguiendo a la investigadora, podría estarse produciendo por mujeres que ante la duda de que suban nuevamente los precios, han decidido estar preparadas y comprar para los próximos meses. Otra de las causas podría deberse a que varias mujeres, ante los nuevos costos, han podido acceder a estos métodos de planificación.

“Las mujeres estaban pagando entre 60.000 y 70.000 pesos por su anticonceptivo. Hoy en día están pagando 20.000 y eso cambió totalmente el panorama para las mujeres que estaban planificando y las que no”, agregó la Directora.

Esta regulación, sin duda, viene aliviando también una carga histórica que se ha atribuido a las mujeres, pues son ellas quienes en general asumen los costos y la responsabilidad de la planificación familiar.

El acceso a anticonceptivos más nuevos y con menor carga hormonal es también otra de las ventajas de esta nueva disposición, teniendo en cuenta que los que están incluidos en el Plan Obligatorio de Salud son pocos y usan las tecnologías más viejas.

De hecho, investigaciones indicaron que los elevados precios de anticonceptivos han hecho que las mujeres optaran por planificar de otra manera, no planificar o hacerlo con la píldora del día después, “que desde el punto de vista de salud pública es dramático por sus efectos adversos”, complementó la profesora.

Por primera vez en Colombia muchos de los medicamentos que se venden en farmacia y que no hacen parte del Plan Obligatorio de Salud fueron regulados. Un proceso que se hizo a través de la referenciación de precios internacionales que comparaba los costos en 17 países y que ponía a Colombia como uno de los lugares con los precios más elevados.

De ahí que la regulación resultara no solo deseable, sino técnicamente apropiada por estar relacionada con un derecho fundamental: el acceso a la salud. “Establecer los nuevos precios de acuerdo con el tercer precio más barato de estos 17 países, nos permitía mantener un balance entre las reglas del mercado y garantizar el acceso a la salud”, resaltó Andia.

Sin embargo, de acuerdo con la publicación Mitos y Verdades, del proyecto Salud Visible, los precios ya regulados siguen siendo mayores a los precios de comercialización en países como Noruega o Reino Unido, que cuentan con un PIB per cápita varias veces superior al de Colombia.

La misma publicación aseguró que este proceso de control de precios era también necesario teniendo en cuenta que el mercado de los anticonceptivos está en manos de muy pocas farmacéuticas como Abbot, Sanofi y Bayer. “Ante tal poder de mercado y para evitar abusos, la regulación era urgente”, indicó la investigación.

Además del acceso a la salud, la nueva disposición también avanza en la garantía de la planificación como un derecho fundamental para la superación de barreras de acceso a servicios de anticoncepción.