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A profundidad
23/05/2025

¿Trabajar más o trabajar mejor? El dilema de la productividad en Colombia

Aunque los colombianos trabajan muchas horas, la economía no despega. La clave está en la educación y la conexión con el mercado laboral.
Educación

Colombia es uno de los países con menor productividad laboral en el mundo. Según The Conference Board, en 2020 un colombiano generó apenas 35 % del producto promedio de la OCDE por hora trabajada, y solo 26 % del que produce un trabajador estadounidense. Expertos como Natalia Ariza, economista de la Universidad de los Andes, y Mauricio Olivera, exdirector de Colpensiones y especialista en políticas laborales, coinciden en que el problema no es la falta de esfuerzo, sino un desajuste estructural: la educación y la formación no están alineadas con las necesidades del mercado.

Las raíces de la baja productividad en Colombia

Detrás de las cifras hay causas estructurales que explican por qué, a pesar del esfuerzo, el trabajo en Colombia produce poco valor:

 

  • Desajuste entre formación y empleo: muchos colombianos aprenden habilidades que el mercado ya no necesita o que no aplican a los sectores más dinámicos. Como explica Natalia Ariza, “no hay un buen emparejamiento entre lo que la gente sabe hacer y lo que el mercado necesita”. 

 

  • Estructura empresarial fragmentada: la mayoría de empresas en Colombia son micro o pequeñas, con poca capacidad de escalar, innovar o atraer talento calificado. Esto limita la productividad promedio del país. 

 

  • Falta de inversión en sectores estratégicos: industrias como la tecnología, las energías renovables o la manufactura sofisticada siguen subdesarrolladas, lo que impide diversificar la economía y generar empleos de alto valor. 

 

  • Debilidades en infraestructura y tecnología: la baja adopción de herramientas digitales y la falta de conectividad, especialmente en regiones apartadas, reducen la eficiencia y el acceso a oportunidades. 

 

  • Formación técnica aún marginal: aunque sectores como el audiovisual, el turismo o la gastronomía tienen potencial, no existe una política suficientemente fuerte para formar talento con enfoque regional y sostenible. 

productividad

“Con más educación, las personas podrían mejorar la eficiencia dentro de las empresas, diversificar sus oportunidades y, en algunos casos, incluso crear negocios más sostenibles.” —Natalia Ariza, economista de la Universidad de los Andes.
productividad

“Tenemos bajos niveles de productividad porque no necesariamente estamos compaginando formación y demanda laboral. El sistema no está bien alineado.” Natalia Ariza, economista de la Universidad de los Andes.

Una parte fundamental del problema está en la educación: el país no ha logrado articular de forma efectiva su sistema de formación con las necesidades reales del aparato productivo. Aunque hay más personas con estudios secundarios y universitarios, muchas no encuentran empleo porque no tienen las habilidades técnicas que demandan los sectores estratégicos. Como lo explica Mauricio Olivera, también economista: “La productividad laboral está atada a la formación para el trabajo pertinente y con calidad”. Hoy, en Colombia, hay vacantes en áreas técnicas y tecnológicas que no se pueden llenar simplemente porque no hay trabajadores con la formación adecuada. El desajuste es tal, que mientras crece el desempleo en algunos niveles educativos, las empresas luchan por conseguir talento capacitado en otros. 

Qué debe cambiar para que Colombia sea más productiva

Mejorar la productividad en Colombia no depende solo del esfuerzo individual, sino de transformar las condiciones estructurales que limitan el crecimiento económico. Estas son cinco acciones clave para cerrar la brecha entre esfuerzo y resultados en el país:  

 

  1. Capacitación dentro de las empresas 
     Formar a los trabajadores en su entorno laboral para mejorar sus habilidades y aumentar su aporte productivo. 

     

  2. Conectar la educación con sectores estratégicos 
     Orientar la formación hacia áreas como turismo, energías renovables, gastronomía y el sector audiovisual, donde hay potencial de crecimiento económico. 

     

  3. Desarrollar habilidades emprendedoras 
     Incluir formación empresarial en programas educativos para que más personas puedan crear y fortalecer negocios sostenibles. 

     

  4. Reforzar la educación técnica y tecnológica 
     Invertir en instituciones y programas que preparen a los jóvenes para los desafíos del cambio climático, la digitalización y la transformación del trabajo. 

     

  5. Adaptar las competencias al desarrollo sostenible 
     Actualizar las habilidades laborales con enfoque ambiental, formando perfiles como enfermeras sostenibles, científicos de datos y técnicos especializados en transición energética.