Hongos mágicos y perversos: un encuentro entre Arte, Diseño y Biotecnología
Explorando el encuentro entre Arte, Diseño y Biotecnología: Una conversación con Nicole Hakim, cofundadora de Spora StudioEn esta entrevista nos sumergimos en el viaje académico y profesional de Nicole Hakim, una joven emprendedora cuya pasión por la creatividad y la innovación la ha llevado a explorar la intersección entre el arte, el diseño y la biotecnología. Desde su paso por la carrera de Diseño en la Universidad de los Andes hasta su incursión en el mundo del biodiseño como cofundadora de Spora Studio, Nicole comparte sus experiencias, desafíos y momentos decisivos que la han moldeado en quien es hoy en día.
¿Cuál fue la motivación para estudiar en la Universidad de los Andes?, ¿cómo pasó de estudiar Arte a finalizar estudiando Diseño?
Me gradué del colegio un poco confundida sobre qué quería estudiar, pero siempre supe que mi orientación era hacia la parte creativa. Conocía poco del tema, pero había visto clases de arte en el colegio, lo que me parecía más común para elegir. En ese momento, nadie me había hablado mucho sobre el diseño y sus diferentes ramas.
Inicialmente, puse mi mirada en Los Andes y mi meta era estar allí por su reconocimiento. Entré a Arte, pero también tenía ciertas dudas sobre Diseño, ya que lo veía como algo ajeno y difícil de ingresar. Cuando empecé la carrera me encontré con la flexibilidad académica para tomar materias de otros programas, muchas posibilidades en otras facultades, algo que creo que no lo tienen otras universidades ni a nivel mundial. Lo que me permitió tener una perspectiva distinta de lo que son las profesiones, y con las clases de Diseño me sentía muy identificada, esto me llevó a decidirme por enfocarme hacia esa carrera.
¿Cómo conecta el Arte, Diseño con su maestría en Biodiseño?
Para mí, el trabajo de mezclar las disciplinas me parece mucho más interesante que solo irme por una rama fija, Los Andes da esa oportunidad y es impresionante. Cada vez hay más estudiantes que hacen doble carrera, con enfoques distintos, diferentes opciones. En segundo semestre de Diseño vi la cátedra del profesor Christiaan Job Nieman, y en una clase dio una presentación sobre bioluminiscencia, mostrando productos que se iluminaban con bacterias y organismos vivos. Recuerdo que lo vi y dije ¡qué es esta locura!, quiero hacer algo con esto.
Esto despertó mi interés, y aunque al principio seguí con mi carrera y en el proceso de encontrarme, posteriormente, cuando tomé las clases de Biodiseño de Giovanna Danies y Carolina Obregón, me cuestioné sobre cuál era mi propósito al ejercer el Diseño, qué era lo que me apasionaba, y eso lo encontré allí. La mezcla de disciplinas abre una puerta gigante para innovar, me llevó a explorar el diseño desde una perspectiva innovadora y sostenible, lo que me atrajo aún más. Me motivaba mucho como reto personal, y además traía un reto adicional: la sostenibilidad, el impacto social que podría llegar a tener. Ahí dije ese es el propósito para dedicarle mi vida.
Tuve una oportunidad gigante en Los Andes y fue el acceso a los laboratorios, poder entrar a los departamentos de Biología, empezar a conocer desde la perspectiva de una diseñadora, el laboratorio, creo que abrió todo un mundo de espacio creativo. Esto fue muy valioso en mis últimos semestres. La tesis me tomó en pandemia, le pedí a las profesoras Carolina y Giovanna que fueran mis mentoras, pasé pandemia en casa con mi familia, mi trabajo de tesis se orientó a crear productos con desperdicios orgánicos, fue muy bueno porque convertí en mi casa en un laboratorio experimental. Con desperdicio de frutas y otros desechos empecé a crear recetas, tratando de integrar el biodiseño en mi propuesta. Cuando me gradué dije que quería seguir con esta idea, y en este camino hice una maestría en Biodiseño.