Tecnología y música con instrumentos “sin sentido”
Con un performance que traspasa las fronteras del idioma, Maywa Denki presentó sus dispositivos y habló acerca de la intersección entre arte y tecnología.Maywa Denki, la empresa japonesa dedicada a la creación de arte, productos y dispositivos que combinan elementos de arte, tecnología y entretenimiento, estuvo en Colombia en una charla y performance para Pabellón 2023, el evento de arquitectura y diseño más grande del país realizado en la Universidad de los Andes.
La compañía fundada por los hermanos Masamichi y Nobumichi Tosa en 1993 es conocida por sus peculiares creaciones, que a menudo incluyen instrumentos musicales y dispositivos electrónicos que mezclan humor y creatividad.
Nobumichi Tosa, presidente de Maywa Denki, dialogó acerca de las máquinas sin sentido, los retos y las oportunidades frente a los avances de la tecnología y sus exhibiciones alrededor del mundo.
¿En qué consisten y cómo surge la idea de las máquinas sin sentido?
Cuando yo era niño, me gustaba mucho dibujar y quería ser pintor, es una parte artística con la que nací. Además, mi papá era ingeniero y la planta de producción de la compañía en la que trabajaba quedaba en el primer piso de la casa, mientras nuestra familia vivía en el segundo.
Eso me permitió crecer en el ambiente de la planta y estar familiarizado con todo lo que esto conlleva, especialmente el sonido de las máquinas. Creció entonces dentro de mí el gusto e interés por la ingeniería.
Con el tiempo, logré fusionar estas dos pasiones en la música computarizada. Cuando iba al colegio me gustaba tocar instrumentos, sobre todo batería, y formé con mi hermano mayor un grupo musical.
Luego, ya en la universidad, aprendí a expresar mi parte artística a través de ingeniería. Quería demostrar o reproducir la vida a través de las máquinas. Pero esto me llevó a una contradicción.
Si pensamos en la vida, esta evoluciona con el entorno, sin un sentido. Por el contrario, las máquinas no evolucionan, tienen una lógica específica, un sentido común.
Creé entonces máquinas que se parecieran a la vida: máquinas sin sentido (nosense machines). Así fueron naciendo algunos de mis instrumentos.
Sus creaciones a menudo tienen un toque de humor y sorpresa. ¿Qué papel juega el humor en su trabajo y cómo influye en la reacción de la audiencia?
Yo nací y crecí en la zona oeste de Japón, una región llamada Kansai. Allí, en la base de la comunicación se encuentra la risa. Yo crecí con la risa.
La risa hace fluir más la comunicación, pero lo que me atrae dentro de los distintos tipos de risa no es la risa que ocurre cuando uno mira algo gracioso, sino la risa que se genera cuando miras algo sin sentido.
¿Cómo percibe las diferencias culturales en la recepción de su trabajo y en su relación con la audiencia internacional?
Un aspecto común que he encontrado, independientemente del país, es que cuando un ser humano ve una máquina que no tiene vida le genera temor. Pero esa sensación de temor o susto se puede aprovechar para crear arte.
Como en la presentación que hago utilizo las máquinas y estas no hablan, no hay diferencia de idioma, es muy aceptada independiente de la diferencia de países. Se eliminan las diferencias y se crea un lenguaje común.
En el actual y rápido panorama tecnológico en evolución, ¿cómo incorpora los avances tecnológicos en su trabajo y cómo anticipa el futuro de su arte?
Cualquier tecnología para mí es como un pincel. Cuando uno dibuja necesita más pinceles. Entonces si hay nuevas tecnologías, yo las aprovecho como un instrumento para crear cosas nuevas.
Con la inteligencia artificial, creo que mucho arte podría perder su valor y su sentido. Pero no lo tomo como algo negativo, lo espero ansiosamente porque sería el punto de partida de creación de nuevas formas de hacer arte.
¿Tiene algún consejo para los jóvenes artistas, ingenieros o creativos que deseen seguir sus pasos y trabajar en la intersección de la tecnología y el arte?
Actualmente existen muchas herramientas tecnologías, como el internet, que nos permiten tener respuestas de manera fácil y rápida, y eso hace que muchas veces no creemos sino que escojamos. Pero esto no es creación de arte.
Yo les recomendaría que creen desde cero. Para eso hay que hacer una dieta de información, enfrentarse y mirar dentro de uno mismo, para que lo que salga de ahí se convierta en obra. Puede que en una primera etapa no sea bonito, pero luego se va perfeccionando. Eso es esencia de creación.