Paris 2024: El sueño olímpico de la sostenibilidad
En un mundo afectado por pérdida de biodiversidad, cambio climático y contaminación, los Juegos de París 2024 se la jugaron por reducir la huella de carbono.
Los Juegos Olímpicos son una puesta en escena que resalta lo mejor de la humanidad: disciplina, empatía, resiliencia y tenacidad. En París 2024, estos valores se entrelazaron con un mensaje esencial: la protección del planeta. Con la promesa de ser los Juego más sostenibles de la historia, el Comité Organizador de París 2024 se comprometió a minimizar al máximo el impacto climático.
Este compromiso se materializó con la construcción de infraestructuras temporales y la reutilización de edificaciones existentes, para evitar la creación de escenarios innecesarios que quedaran obsoletos tras el evento. Por otro lado, las villas olímpicas, diseñadas con un enfoque ecológico, incluyeron camas fabricadas con materiales reciclables, colchones hechos de fibras reutilizadas y edificios construidos en madera, que mostraron el compromiso con el medio ambiente. A pesar de estas medidas, existen emisiones ocultas que complican el objetivo de reducir la huella de carbono a la mitad de las ediciones anteriores, que en promedio han emitido 3,5 millones de toneladas de dióxido de carbono, según datos del Comité Olímpico.
La apuesta de París 2024 no podría haber llegado en un momento más crítico. Según Diana Marcela Puerta, magíster en Gerencia y Práctica del Desarrollo de la Universidad de los Andes, el mundo vive una triple crisis: pérdida de biodiversidad, cambio climático y contaminación.
La experta afirma que reducir el impacto climático en eventos de esta envergadura representa un desafío significativo, especialmente por el impacto del turismo masivo. Aunque se implementen medidas de mitigación, la llegada de miles de personas en avión y sus demandas, como el uso constante de aire acondicionado, exponen las contradicciones en los esfuerzos por alcanzar una verdadera sostenibilidad.
De hecho, el Comité propuso un sistema de refrigeración más sostenible basado en tuberías subterráneas, pero algunas delegaciones, insistieron en llevar sus propios sistemas de aire acondicionado, una muestra de las dificultades inherentes en la búsqueda de una verdadera sostenibilidad.
De acuerdo con la directora de Maestría en Regeneración y Desarrollo Sostenible de Los Andes, a pesar de la evidencia científica, aún falta una comprensión generalizada y una acción contundente para mitigar estos problemas. “En este contexto, los Juegos Olímpicos, que congregan a millones de personas tanto física como virtualmente, se han presentado como una oportunidad única para transmitir un mensaje poderoso sobre la urgente necesidad de incorporar la sostenibilidad en la agenda global”, afirma.
El Río Sena, el gran protagonista en París 2024
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, nadó en las aguas del Sena para demostrar la seguridad de realizar competencias acuáticas en el río.
El río Sena se convirtió en el hilo conductor del mensaje equilibrio ecológico. Limpiarlo, devolverle su salud, regenerar sus aguas, a pesar de los desafíos que esto conlleva. “Algunos nadadores se enfermaron después de competir en sus aguas, lo cual puso en evidencia la magnitud del problema. Sin embargo, esta tarea ha servido para despertar la conciencia sobre la importancia de restaurar y proteger nuestros ríos”.
Marcela Puerta, el mensaje es claro: cómo podemos dejar el planeta en mejores condiciones de cómo lo encontramos, pensando en un legado y los juegos Olímpicos son una reflexión sobre la regeneración.
Nadar en el Sena estuvo prohibido desde 1923 debido a la alta contaminación de sus aguas, resultado de la combinación de aguas lluvias y residuales vertidas en el río.
No lo hacemos solo por los juegos. Estos sólo fueron un pretexto, un acelerador. Es lo que imaginamos para estas olimpiadas. Que estén al servicio del territorio, al servicio de los habitantes y al servicio del medio ambiente también. Porque habrá menos contaminación ambiental y un río en mejor estado que hace 3 años".
Tony Estanguet, presidente del comité organizador.
Igualdad de género en los deportistas
Por primera vez en los Olímpicos se ha logrado la igualdad de género en la participación, algo que también tiene profundas implicaciones para el desarrollo sostenible. “La igualdad de género envía un poderoso mensaje de que hay espacio para todos, sin importar las diferencias. En la diversidad reside la verdadera riqueza, y es fundamental reconocer que cada persona, sin importar su identidad de género, tiene un lugar en la sociedad”, señala experta en Desarrollo Sostenible de Los Andes.
El caso de la boxeadora argelina Imane Khelif, una mujer que ha enfrentado prejuicios y discriminación debido a su apariencia física ha abierto la puerta a conversaciones antes impensables y ha dado pie a otros debates, como el de las mujeres con altos niveles de testosterona y la inclusión de personas trans en el deporte. Estas personas han comenzado a alzar la voz, preguntándose: ¿Cuál debería ser su escenario de participación? Este cuestionamiento no se limita al ámbito deportivo, sino que se extiende a su lugar en la sociedad en general.
“La próxima sede, después de todo lo que hemos aprendido, debe construir una estrategia centrada en la regeneración, lo que implica devolver el ecosistema a un estado lo más cercano posible al original. Esto requiere una visión integral que considere no solo el cuerpo de agua específico, como un río, sino toda la cuenca en la que se encuentra. Este proceso no se limita a limpiar la contaminación visible, sino que también se enfoca en recuperar la salud general del ecosistema, un concepto que se conoce como salud planetaria”, concluye.