Desde la Universidad de los Andes lamentamos profundamente la partida del profesor, primer decano de la Facultad de Ingeniería, exrector y miembro honorario del Consejo Superior de la Universidad de los Andes, Álvaro Salgado Farías, uno de los precursores del método de enseñanza uniandino y su posterior adopción en el sistema colombiano de educación superior.
 

Salgado Farías nació en Bogotá el 15 de noviembre de 1924, estaba próximo a cumplir 100 años de edad. Egresado en Ingeniería Civil de la Universidad Nacional de Colombia y Master of Science en Ingeniería Eléctrica del California Institute of Tecnology (Caltech).
 

En 1957 obtuvo el Premio Enrique Morales de la Sociedad Colombiana de Ingenieros y el Premio Nacional de Ingeniería en 1963. Se desempeñó también como presidente de la Asociación de Ingenieros Consultores de Colombia y de la Asociación Colombiana de Ingenieros Electricistas y Mecánicos.
 

Formalmente, se vinculó con Los Andes en 1952 como profesor de la Facultad de Ingeniería, de la cual fue decano entre 1956 a 1964. Al retirarse fue distinguido como decano honorario. Sobre su participación en el desarrollo de esta facultad expresó lo siguiente:
 

 

“Solo me resta desear que la Facultad de Ingeniería mantenga el espíritu de innovación y servicio que la ha caracterizado y que se ha conseguido con la dedicación e inteligencia de sus profesores y directivos”.

Desde 1969 hizo parte del Consejo Directivo [actual Consejo Superior], en donde, de igual modo, se le reconoció como miembro honorario.
 

El 24 de marzo de 1971, el profesor Álvaro Salgado Farías fue designado por el Consejo Directivo [actual Consejo Superior] como rector de la Institución tras la renuncia de Hernando Gómez Otálora. En su paso por la rectoría hasta el año 1972 se destacó por instaurar un modelo educativo disruptivo:
 

“En Colombia primaba un sistema educativo básicamente escolástico, heredado de Europa. Nosotros nos independizamos de ese esquema franco-español de la clase magistral y nos ceñimos por el modelo americano, que era todo menos clerical”, manifestó al respecto en 2018.
 

Este modelo estimuló la autonomía del estudiante al impulsarlo a prepararse previo al desarrollo de las clases: “Para aquello que el estudiante puede entender por sí mismo, sobra el profesor. Pero es indispensable para lo que este no puede comprender”, puntualizó.
 

Hoy la Universidad de los Andes extiende sus más sentidas condolencias a sus familiares y amigos cercanos.