17/02/2017

Economía global afectaría ingresos y producción de pequeños agricultores

Imagen de un cultivo de arroz en Colombia.
La investigación encuestó a 28 comunidades de arroceros en el país, de Sucre, Meta, Casanare, Huila y Tolima.
La integración de los pequeños sistemas de producción agrícola a la economía global -y, por ende, a la cadena mundial de alimentos- va en detrimento del bienestar de la comunidad local, al reducir su productividad potencial por una caída en la provisión local de bienes públicos desde la cooperación efectiva entre sus miembros.

En gran parte de los países en desarrollo, la seguridad alimentaria y el bienestar de la población dependen del desempeño de los pequeños agricultores. Cuando estas comunidades agrícolas entran a formar parte de una economía abierta, es decir, traen parte de sus cosechas al mercado externo, sus ingresos derivados de los bienes públicos locales se ven afectados por la volatilidad de los precios del mercado global, el alto costo de las materias primas importadas (como los fertilizantes) y la variabilidad climática (sequías e inundaciones impredecibles).

Estas son algunas de las conclusiones de un reciente estudio publicado en la revista científica PNAS (lea aquí la versión en inglés), en el que participa el decano de la Facultad de Economía de los Andes, Juan Camilo Cárdenas, junto a reconocidos académicos de importantes centros de investigación de Estados Unidos, China, Tailandia, Nepal y Alemania.

La investigación se llevó a cabo con experimentos económicos, entrevistas, y encuestas individuales en 118 comunidades productoras de arroz de pequeña escala, en cuatro países: China, Nepal, Tailandia y Colombia. En total hubo 2.147 participantes.

En Colombia, los experimentos se adelantaron en las principales regiones productoras de arroz: Sucre, Meta, Casanare, Huila y Tolima. En algunas, el cereal se produce en la temporada de lluvias; en otras, su producción es independiente del clima y se cosecha durante todo el año.

Una mayor participación de las comunidades agrícolas en el sistema económico mundial -sostiene la investigación- se asocia a menores inversiones en proyectos colectivos locales y a la disminución de su productividad debido a la menor cooperación al momento de enfrentar riesgos colectivos como las fluctuaciones en los ingresos (por cuenta de la volatilidad de los precios) y las variaciones en la salida del producto, debido a sequías, inundaciones o pestes.

“Los sistemas agrícolas de pequeña escala son la última red segura para muchos habitantes del sector rural, quienes están en la mitad de un periodo intenso de integración comercial e impactos locales derivados del cambio climático”, afirma el estudio, que se enfoca en la agricultura irrigada (los agricultores comparten el agua), dada su importancia en la producción de comida para millones de personas en el mundo.

La productividad de este tipo de agricultura -agrega la investigación- depende enormemente de la habilidad de los campesinos para solucionar problemas colectivos, como la provisión y mantenimiento de la infraestructura física y ecológica, y la distribución efectiva del agua.

Según los agricultores colombianos, la mayor amenaza para la producción del arroz es la variabilidad de los precios; en el caso de los cultivadores de China, el deterioro de la infraestructura de irrigación y los desastres naturales; para los arroceros de Nepal, la inestabilidad de los precios y un daño en el sistema de irrigación; y para los agricultores de Tailandia, la variabilidad de los precios del alimento.

“Nuestros experimentos en las 118 comunidades revelan que a mayor integración a la cadena mundial de alimentos, menor es la inversión de sus miembros en el bienestar colectivo local. Entre más personas perciban ingresos fuera de la comunidad, menor es su capacidad de invertir en los bienes grupales cuando los retornos o compensaciones de ese bien común están en riesgo”, concluye el estudio.

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