29/01/2014

Juny Montoya, directora del nuevo Centro de Ética

mujer de cabello crespo, blusa roja y saco negro. Usa gafas

Juny Montoya Vargas, directora del Centro de Ética Aplicada de la Universidad de los Andes

La Rectoría de la Universidad de los Andes aprobó el nombramiento de Juny Montoya Vargas como directora del Centro de Ética, por dos años, a partir del 15 de febrero de 2014.

Juny Montoya Vargas es profesora asociada de la Universidad de los Andes, abogada y especialista en derecho comercial de esta misma universidad y doctora en educación de la Universidad de Illinois. En Los Andes se ha desempeñado como directora del Centro de Investigaciones Sociojurídicas (Cijus), la especialización en legislación financiera y el programa de Derecho y ha coordinado el programa Sócrates de formación de docentes. Desde 2006 se desempeñaba como directora del Centro de Investigación y Formación en Educación (Cife).

Para conocer más sobre el Centro de Ética, Juny Montoya habló sobre las labores que realizará y cómo se espera que se integre en la comunidad uniandina.

Pregunta: ¿Por qué crear un Centro de Ética en la Universidad de los Andes? ¿Cuáles son los antecedentes?

Juny Montoya Vargas: La ética en la Universidad no es un tema nuevo,  es una preocupación que siempre ha estado, incluso está presente en la Declaración de Principios de los fundadores, allí hay un mandato ético. Dentro de la actividad académica hay muchas cosas que se orientan a una formación ética.

Al respecto hay dos antecedentes concretos: un análisis que hizo el vicerrector académico sobre cuál era la oferta de educación general y una encuesta que realizó el Centro de Investigación y Formación en Educación (Cife) sobre cómo percibían los estudiantes la formación que reciben en relación con los principios que aparecen en la misión de la Universidad.

Los estudiantes calificaron mejor la excelencia académica y el pensamiento crítico que la educación ética y la responsabilidad social. Hay indicios de que los estudiantes no están percibiendo claramente cuál es el mensaje de la Universidad en relación con su formación ética. Esa es una justificación para la creación de este Centro.

¿De qué manera se espera que la labor del Centro de Ética influya en la comunidad uniandina?

JMV: Por un lado, articular iniciativas que ya existen. La ética no aparece de repente en la Universidad. Es decir, hay cosas que ya existen y se requiere articularlas mejor y hacerlas efectivas. Queremos que se introduzca de manera transversal en el currículo la reflexión ética. Una de las formas de hacer presencia del Centro de Ética, inicialmente, es en el currículo.

¿Es posible enseñar ética en la Universidad?

JMV: Si entendemos que la ética es la reflexión sobre la moral, sí. La Universidad es un espacio óptimo e ideal para la reflexión sobre los valores o antivalores propios y de la sociedad. 

¿El Centro de Ética tendrá espacio para consultas de la comunidad uniandina? ¿Cómo realizará sus actividades?

JMV: Por ahora no se ha pensado en atender consultas. Lo que se ha pensado inicialmente es trabajar con los profesores en el diseño de sus cursos para incorporar la discusión ética dentro de ellos. Y reconocer otras iniciativas que existen entre todos los estamentos: profesores, estudiantes, empleados, etc.

¿Tiene relación el Centro de Ética con los cursos Épsilon?

JMV: Sí. Los cursos Épsilon son el proyecto piloto con el que arranca el Centro de Ética, los cuales permiten aprender de la experiencia de profesores que ya manejan los temas éticos en sus cursos. Esos cursos nos han servido como laboratorio donde encontramos oportunidades para la educación ética en la Universidad. Épsilon es un proyecto del Centro de Ética.

En algunas instancias se puede confundir la ética con la moral. ¿Cómo enfatizar en la ética sin tocar el espacio de la moral ni situarse en ninguna posición ideológica?

JMV: Es un reto grande en la Universidad de los Andes, por ser no confesional y pluralista. La moral es el conjunto de valores sustantivos que uno defiende y la ética es la reflexión sobre ese conjunto de valores. Conceptualmente la distinción es fácil. A la hora de educar a los estudiantes para que puedan opinar o tomar decisiones y en el espacio de una universidad como esta, ese referente debería comprender, por ejemplo, unos valores democráticos o de la Constitución; uno sí puede defender valores como el pluralismo, la tolerancia, el respeto por los derechos del otro. No se trata de dedicarnos a inculcar valores, se trata de ayudarles a los estudiantes a tomar decisiones teniendo en cuenta esos parámetros.

¿Cuál es el aporte de toda la reflexión que genera este Centro de Ética para los estudiantes-ciudadanos?

JMV: El Centro tiene la vocación de ir más allá de un proyecto, queremos trabajar en todos los ámbitos de misión de la Universidad, más allá de la docencia y el currículo. El Centro tiene la misión de generar y publicar investigación y hacerse presente en el diálogo con la comunidad a través de sus áreas, participando en proyectos de impacto social. Queremos ser interlocutores de la sociedad y queremos que sea evidente el sello uniandino en el desempeño profesional de los estudiantes, que sea notoria una visibilidad hacia lo positivo. Se esperaría que en el futuro tuviéramos una mayor presencia en los medios por los aportes que hacemos para construir un mejor país.

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