*Esta entrevista ha sido editada para ajustar su extensión. 


La imagen de un estudiante de Derecho en una biblioteca, rodeado de códigos para pasar un examen, está cambiando. Ahora se les puede ver participando en salas experienciales que simulan juzgados, atendiendo clientes en el Consultorio Jurídico o entrenándose en ambientes de realidad virtual. Como en muchas áreas de estudio, se están dando grandes transformaciones en la formación de los juristas, y en las mejores facultades del mundo los cambios tocan varios aspectos de su formación.

Eleonora Lozano, decana de la Facultad de Derecho de Los Andes, ha podido ver la evolución en la enseñanza de esta disciplina y la transformación de esta Facultad en gran parte de sus 55 años de existencia.  Lozano es abogada, economista y magíster en Economía y realizó sus estudios de doctorado en Derecho en la Universidad de Salamanca. Ha estado vinculada a Los Andes desde hace 32 años. Ha sido estudiante, asistente académica, profesora, fue la creadora y directora de la Maestría en Tributación, directora del Doctorado en Derecho, hasta ser hoy su decana. 
 
En el segundo semestre de 2024, la Facultad comenzará a implementar un nuevo pénsum basado en competencias, sobre un eje de aprendizaje jurídico experiencial. En esta entrevista, la decana habla de cómo se forman los juristas en una era de transformación tecnológica, donde no vale solo tener un saber, sino varias competencias que los forman además de profesionales, como ciudadanos. 

 

¿De la forma en que se enseña el derecho hoy, que le hubiera gustado tener en su época de estudiante? 

Yo tuve excelentes profesores y profesoras, algunos inclusive hoy son mis colegas acá en la Facultad y siempre han sido innovadores. Pero algunos profesores más tradicionales tenían una enseñanza muy del saber, de impartir únicamente el conocimiento. Hoy con lo que estamos proponiendo y hemos venido haciendo los últimos años, queremos obviamente el saber, pero más saber hacer y cultivar el ser. Los abogados y abogadas uniandinos nos caracterizamos por aprender a investigar, buscar la información, hacer un análisis crítico y propositivo, no simplemente que el profesor venga y nos transmita un conocimiento. 

 

¿Cómo se ha ido transformando el plan de estudios en estos años? 

Desde la Fundación de la de la Facultad, hace 55 años, se pensó una forma diferente de enseñar y aprender, desde un inicio se promovió la cátedra activa. Y a mí me tocó parte de esa catedra activa cuando fui estudiante. 

Cuando ya estaba terminando mis estudios, hubo una gran reforma en 1997, liderada por Manuel José Cepeda. Varios profesores viajaron a la Universidad de Maastricht y aprendieron la metodología del aprendizaje basado en problemas (PBL). Esa fue una gran transformación del pénsum. Luego tuvimos algunos ajustes, se adicionaron unas materias, se redujeron algunos créditos, pero realmente desde 1997 no teníamos una reflexión importante, crítica, propositiva, de cómo debe ser un mejor currículo

Yo llego a la decanatura en el año 2021 e iniciamos ese proceso de construcción colectiva de autorreflexión sobre los cambios y necesidades en la formación juridica. Hicimos 32 reuniones con el equipo de profesores, varios grupos focales con estudiantes, con exdecanos, con egresados, con empresarios, con el sector real y con el sector gubernamental para soñarnos el pénsum del futuro. 

En julio del 2023, recibimos la resolución del Ministerio de Educación aprobándolo. Es un pensum basado en seis competencias y un eje en aprendizaje jurídico experiencial

 

Eleonora Lozano, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes.


¿Qué aspectos resalta del nuevo pénsum y cuáles son esas competencias? 

Ahora son nueve semestres y no diez.  También pasamos de 180 créditos a 159.  

Las competencias son las siguientes: La primera es razonamiento jurídico, argumentación y comunicación; la segunda, gestión de conflictos; la tercera, investigación jurídica; la cuarta, competencias éticas y ciudadanas; la quinta, interdisciplinariedad; y la sexta, visión global e intercultural.  

Con esto queremos excelentes argumentadores jurídicos que comuniquen adecuadamente y que razonen jurídicamente, un abogado y una abogada que dialogue con las áreas de la disciplina misma, pero también con otras disciplinas. Queremos profesionales insertos en la globalidad y con diálogos interculturales, buenos investigadores, pero que no solamente se dediquen a la investigación académica, sino que, independiente del rol que desempeñen, puedan buscar la información y analizarla. 

Queremos excelentes seres humanos, éticos y con una responsabilidad ciudadana, que estén insertos en un debate democrático. Queremos excelentes gestores de los conflictos que logren prevenirlos, pero también una vez sucedan, los puedan solucionar en justicia y con la debida celeridad. 

 

¿Cómo se complementa el aprendizaje basado en problemas con el aprendizaje jurídico experiencial que está en auge hoy? 

El aprendizaje jurídico experiencial es un enfoque pedagógico amplio y dentro de ese enfoque pedagógico hay metodologías. Entonces una metodología es el aprendizaje basado en problemas, pero también hay otras metodologías. Un grupo de profesores fuimos a Aalborg, en Dinamarca, donde son expertos en la metodología del aprendizaje basado en proyectos. Entonces ya se complementa el aprendizaje basado en problemas, a través de proyectos trans e interdisciplinares.  

En el aprendizaje jurídico experiencial hay también simulaciones. Hay dos materias en el pénsum que se llaman litigios y lo que queremos es usar una maravillosa sala de audiencias que Baker McKenzie nos donó. Estamos modificando otra y comprando gafas de realidad virtual para tener ambientes de aprendizaje inmersivo. Eso también es aprendizaje jurídico experiencial. 

El consultorio jurídico antes era un año y ahora van a ser dos. Tenemos cinco maravillosas clínicas en la facultad, una de ellas empresarial y del emprendimiento –recientemente creada– y las tradicionales de medio ambiente, migrantes, prisiones y Paiis. Entonces los estudiantes durante dos años van a hacer atención a clientes en justicia individual, pero también van a trabajar en temas de Justicia colectiva con poblaciones vulnerables a través de estas clínicas. Antes ellos tenían que elegir, una u otra, ahora tienen que hacer ambas. 

De nuevo, el aprendizaje jurídico experiencial es amplio y dentro caben muchas metodologías. El PBL seguirá, habrá simulaciones y habrá trabajo clínico desde el consultorio jurídico. 

 

Estudiantes en la sala Baker McKenzie donde se simulan procesos judiciales y arbitrales. Foto: Facultad de Derecho.


¿Cómo han transformado las nuevas tecnologías al derecho? 

Tenemos una nueva materia en el pénsum que se llama Derecho y tecnología, esa fue una importante introducción. En la Facultad ha sido una preocupación constante el uso de las tecnologías en la enseñanza, pero también su uso como una herramienta para el ejercicio del Derecho, sea desde el rol del juez, en el ejercicio regulatorio o desde la practica jurídica.

Esos grandes debates sobre tecnología vamos a continuarlos desde el pregrado y también en posgrados. Varias tesis de maestría y de doctorado tienen que ver con esa relación del Derecho y la tecnología.  

 

Respecto a la actualización de los abogados ¿ha crecido la demanda en educación continua como ha sucedido en carreras relacionadas con la tecnología? 

Hemos hecho grandes cambios en educación continua recientemente y va muy en la línea con el plan de desarrollo institucional de la Universidad. Apoyamos la política de fortalecer o generar rutas para el aprendizaje a lo largo de la vida. Incluso, Educación Continua, que estaba en una oficina aislada, es hoy parte de la escuela de posgrados. Quien lidera el tema de educación continua está en las grandes discusiones del posgrado. 

La idea es que, en el nuevo pregrado, que tiene en noveno semestre una bolsa de electivas que pueden tomar los estudiantes, los conecte con posgrados si ellos lo desean o podrían hacer un doble programa o una opción académica, pero se genera la ruta. 

Por ejemplo, si soy estudiante de pregrado en noveno semestre, cuento con 12 créditos que puedo usarlos en los posgrados. También, un externo a través de educación continua podrá conectar con nuestros programas mediante micro credenciales y macro credenciales homologables. 

A los estudiantes hoy les interesa las insignias digitales, que en su LinkedIn les aparezca su insignia digital. No es como en nuestra época que era el diplomado o el cursito que le daban un certificado, hoy hay que certificar competencias. Entonces la facultad está inmersa en ese discurso de las competencias desde el pregrado, lo estamos haciendo desde educación continua y continuamos a nivel de posgrado. 

 

En junio de 2022, la nueva sede del Consultorio Jurídico abrió sus puertas, un espacio para quienes requieran asesoría jurídica en diferentes áreas: Centro de conciliación, Derecho de familia, Derecho laboral, Derecho Patrimonial, Derecho Penal, Derecho público y Mujeres. 


Entre las competencias que quieren fortalecer en los estudiantes está la investigación, ¿Qué peso le dan en la Facultad? 

Nosotros hemos fortalecido el equipo del Centro de Investigaciones Sociojurídicas (Sijus), que es una gran dirección de investigaciones.  Eso ha generado mayor consecución de proyectos de investigación y proyectos de consultoría. Tenemos muchos semilleros de investigación liderados por nuestros profesores de planta, y desde ahí se han generado importantes investigaciones que terminan en publicaciones. También hemos fortalecido los recursos para la publicación. Tenemos muy bien posicionadas las diferentes colecciones de la Facultad. 

Para nosotros es importante. Desde pregrado tenemos esa competencia de investigación que queremos seguir desarrollando en nuestros estudiantes y en nuestros egresados y egresadas, por algo estamos en el top 38 del mundo, porque nuestra investigación es una investigación de calidad, es una investigación referente a nivel latinoamericano y a nivel global

 

¿Cuál es su sueño para la Facultad? 

Mi gran sueño se materializará con el inicio del nuevo pénsum en el segundo semestre de 2024. Ya tenemos el macro currículo aprobado y estamos en los diseños micro curriculares.  El sueño es posicionar ese nuevo currículo que construimos colectivamente. Ese es un gran logro en el que todos los profesores y profesoras nos pusimos la camiseta. Algunos cedimos, negociamos, hablamos, conversamos. Hubo reuniones exitosas, otras menos, pero llegamos al mejor acuerdo posible.  Es un pénsum que es juicioso, y que nos va a seguir proyectando durante los próximos años.  

Ese mismo ejercicio que hicimos en el pregrado, lo estamos haciendo en los posgrados para ofrecer un producto siempre de mejor calidad y eso se garantiza gracias a la excelente planta profesoral. Ese va a ser el regalo de todos para el futuro de la Facultad.  

Antiguo Consultorio Jurídico Uniandes

Los Andes fue de las primeras universidades con consultorio jurídico, incluso antes de que fuera requisito de Ley.

Eleonora Lozano, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes.

Eleonora Lozano es doctora en Derecho de la Universidad de Salamanca y es decana de la Facultad de Derecho de Los Andes desde 2021.

Antiguo Consultorio Jurídico Uniandes
Eleonora Lozano, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes.
Escrito por:

Mauricio Laguna Cardozo

Periodista