20/11/2014

Agua limpia a punta de algas

Jaime Eduardo Gutierrez fundador Core SA

Jaime Eduardo Gutiérrez, fundador de Core S.A.

Experimento de estudiante de doctorado resultó en potente fórmula para descontaminar el agua que desechan las petroleras. Ya va por la patente.

Con un bioreactor capaz de tratar 27 mil litros, el experimento estuvo durante un año en una base petrolera de Campo Rubiales descontaminando el agua, eliminando los desechos tóxicos que le quedan tras el proceso de extracción del crudo. Y ese método, denominado ficorremediación, pasó la prueba.

La limpieza corre por cuenta de una combinación de microalgas de hasta 200 micrómetros, es decir, más pequeñas que lo que ocupan dos cabellos juntos. Usan los contaminantes del agua como su fuente de energía y además capturan el C02 para procurarse crecimiento y estimular su metabolismo. Son, podría decirse, unas carroñeras.

Pero no se quedan con eso para ellas. Convierten las sales, los hidrocarburos y las bacterias coliformes que se comen en biomasa y cadenas de moléculas de carbono (llamadas ácidos grasos poli instaurados), con los que se puede producir abono, alimento animal y bioplásticos, explica Jaime Eduardo Gutiérrez, fundador de la empresa de bioingeniería y biotecnología Core S.A. y creador de los biorreactores.

De acuerdo con Gutiérrez, con la biomasa puede producirse incluso biocrudo, un material como el petróleo, pero biológico, y los aceites pueden ser utilizados para producir suplementos dietarios y fármacos.

Contaminación a gran escala

Actualmente, en Colombia se emplean 9 barriles de agua por cada barril de petróleo extraído, y solo en el campo donde se llevó a cabo el experimento con los biorreactores se producen cada día un millón de barriles. O sea que allí la contaminación no es cualquier cosa.

A la fecha las petroleras utilizan un método denominado ósmosis reversa, que consiste en un proceso de filtración del agua a alta presión. Contando con que las petroleras son (o fueran) ambientalmente responsables para realizar la limpieza del agua que usan, este método les resulta bastante costoso, dado el valor de cada filtro (USD 500) y el consumo de energía que se requiere para alcanzar las altas presiones.

De acuerdo con Jaime Gutiérrez, estudiante del doctorado en Ciencias Biológicas de Los Andes, descontaminar el agua con ese método tiene un valor de entre 1 y 1,5 dólares por barril, en tanto que con el biorreactor apenas alcanzan los 7 centavos de dólar.

Es decir que entre el precio y el proceso redondo en el quedan cero residuos, esta tecnología obedece a la denominada economía azul.

El proyecto, desarrollado en el Centro de Investigaciones Microbiológicas (Cimic) de Los Andes, es tan atractivo que recientemente recibió apoyo económico de Innpulsa, entidad del Gobierno que promueve la innovación empresarial y el emprendimiento, para patentar los aparatos y para estandarizar el mecanismo de producción de biomasa, pues en la fase inicial se había centrado exclusivamente en la limpieza.

"Por ahora sabemos que la tecnología sí limpia bien el agua, ahora además podemos aprovechar lo que produce", señala el creador de los reactores, cuya empresa hace parte del programa Innovandes, de Los Andes, que fomenta el emprendimiento y la innovación empresarial y funciona como enlace entre la academia y la industria.

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